2| Tierra trágame.

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Cuándo Lando abrió los ojos al día siguiente, sintió una enorme punzada en la cabeza y un intenso asco recorrer por su garganta. No era para menos, no lo recordaba, pero intuía que debió haber tomado mucho la noche anterior.

Todo a su alrededor parecía ajeno a él, desde la decoración hasta las sábanas que le cobijaban. No le tomo importancia. A decir verdad, ahora mismo se sentía tan mal que poco le importaba en donde estaba. Lo más seguro era que se había quedado a dormir en la habitación de Carlos o de Max o de alguna persona que lo haya encontrado por ahí tirado en la calle y hubiera tenido compasión de él.

Ya se preocuparía más tarde por ello.

¿Ya despertó el bello durmiente? —Escuchó a alguien hablarle a lejanía. No le entendío, porque le habían hablado en otro idioma, pero estaba a punto de quedarse dormido de nuevo así que ni siquiera quería ponerse a pensar en ello.

—Cállate —Respondió casi en un susurro.

Una fuerte risa se oyó por toda la habitación y Lando no pudo evitar soltar un gruñido de frustración al mismo tiempo que se tapaba la cara con todas las sábanas. 

—Dios, ¿Quieres callarte, Carlos? Me duele la cabeza y tú molesta voz solo lo incrementa —Volvió a lamentarse. A veces su amigo lograba ser taaan fastidioso.

Juraba que si no se sintiera tan mal se pararía enseguida a golpearlo, pero ahora mismo dudaba que pudiera hacerlo sin caerse en el intento. Así que no tenia prisa por levantarse, es más, podría quedarse acostado ahí todo el día y seria el plan perfecto.

—¿Carlos? —Le preguntaron con sorpresa y un leve tono de burla —Definitivamente tuviste que haber tomado mucho ayer como para no reconocerme.

La confusión se instaló en el rostro del británico por unos segundos. Quizá su maldita memoria no le estaba funcionando en ese momento pues estaba seguro de que la voz era del mismísimo Piloto Español.

¿Entonces dónde mierda había acabado?  

No tenía siquiera ganas de levantarse para comprobarlo.

—Da igual, seas quién seas cállate y déjame dormir —Murmuró finalmente, tratando de conservar la calma un poco, aunque por dentro comenzaba a crecerle la duda.

Sin embargo, no es como que le preocupara del todo. Lo único que de verdad  quería en ese momento era dormir, dormir, dormir y...

Vomitar.

¡Mierda!

Landó sintió una sensación asquerosa acrecentándose en su estómago y subiendo por su garganta, misma qué lo hizo pararse impulsivamente de la cama.

Tan pronto lo hizo sintió su cabeza dar un millón de vueltas, estaba completamente mareado y eso solo aumentaba la intensa sensación que sin duda ya conocía. De hecho la conocía demasiado,  pues últimamente aparecía al día siguiente de cada una de sus tantas fiestas de fin de semana. 

Y, como una broma del destino,  lo que sus ojos vieron cuándo por fin alzó la mirada no hizo más que apresurar su agonía.

¿Estaba viendo a...? ¿Ese era?... 

—El baño está por acá — Se apresuró a ayudarlo el piloto mexicano. Todo rastro de diversión se había ido.

Lando quería que la tierra se lo tragara ahí mismo y que nunca lo volviera a escupir de nuevo. Sintió una vergüenza enorme que provocó que por un momento ya no supiera identificar si vomitaría por la resaca o por la vergüenza misma. Aunque se iba mas por la segunda opción. 

Let Me Be Your Lover| CHELANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora