3| No es lo que parece.

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Cuándo Checo entró a su habitación, se dio cuenta de algo: El teléfono de Lando estaba ahí, en la mesita dónde lo había dejado la noche anterior.

Soltó un enorme suspiro.

—No pierde la cabeza nada más porque la trae puesta —Se dijo a sí mismo.

De inmediato tomó el teléfono. Pensó que si se apuraba un poco quizá podría alcanzar a Lando.

Salió de ahí lo más rápido que pudo. No sabía con certeza cuál era el número de habitación del chico, pero si el de Carlos, y seguramente el británico podría estar con el ahora mismo.

247. Habitación 247.

Eso era una planta abajo.

No iba a bajar por las escaleras, era muy temprano para hacer ejercicio. Corrió hasta uno de los ascensores, el que le quedaba más cerca en ese momento. Presiono el botón que le llamaba, pero este tardo buen tiempo en responder.

Cuándo por fin las puertas se abrieron, se encontró con Horner y Max, quienes tuvieron la misma reacción de impresión que el de encontrarlo ahí.

—¡Checo! —Le saludo el team principal con un abrazo —Es bueno verte aquí, así ya no tengo que caminar hasta tu habitación.

El mexicano se rió levemente ante ello. Max, detrás del hombre, simplemente le saludo con una mano. Parecía cansado. Estaba recargado en una de las paredes del elevador, sin ningún tipo de ánimo.

—¿Todo bien? ¿Querías verme? —Preguntó finalmente Checo, regresando la vista hacia su jefe. Él, al contrario del Neerlandés, lucía muy animado.

—Surgió una junta de último momento y queremos que tú estés ahí —Sus palabras captaron la atención de inmediato del piloto de Guadalajara. Regularmente, las reuniones que tenían eran agendadas, no improvisadas.

Su expresión ahora cambio a una totalmente desconcertada. Aunque tampoco era como que le sorprendiera tanto. Sabía que en algún momento el equipo iba a querer hablar con él, por los no tan buenos resultados que había estado teniendo.

—Pero hoy viajo a mi país por la tarde —Quisó recordarle. Se lo había mencionado a Horner tan pronto había terminado el Gran Premio unos días atrás.

Lo que más necesitaba en ese momento, después del intenso accidente era el consuelo de su familia, de su esposa y de sus hijos. Sin embargo, había tenido qué esperar en Mónaco unos días más porque no quería ver a toda la prensa hablar de una "huida por parte del piloto". No les iba a dar la satisfacción de ver qué lo mucho qué le estaba afectando su desempeño, ni tampoco les iba a dar pie a qué tuvieran contenido diario para sus programitas.

—Ah, no te preocupes por ello. Helmut ya nos está esperando en el Lobby —Se apresuró a tratar de tranquilizar al mexicano con una sonrisa —. Sera breve, lo prometo.

No sabía si podía creer de todo en ello, pero tampoco tenía alguna otra opción. Así que sin más remedio, optó por guardar el teléfono que aún llevaba en la mano en su bolsillo del Pans, entrar al elevador y esperar a que pudiera deslindarse de esa junta lo más antes posible.

[🧡]

—Algo anda mal con el monoplaza, Christian —Repitió Sergio por decimoquinta vez.

Su paciencia se estaba agotando. Habían pasado al menos dos horas desde que habia llegado. Dos horas en las que trato de hacerles entender qué, aunque no negaba que estuvo teniendo errores, los malos resultados iban más alla de eso.

El Auto era una mierda.

—Entiendo tu frustración, Perez, pero Max no ha encontrado falla alguna, sigue manteniendose en el podio —Intervino Marko, demasiado tranquilo y confiado en su lugar, casi como si disfrutara estar teniendo esa platica y, sobre todo, estar diciendo esas palabras —. Nuestro objetivo principal es asegurar el campeonato de pilotos. Max ya lo tiene. Sabes muy bien qué tienes un papel fundamental aquí.

Let Me Be Your Lover| CHELANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora