Último

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Moon Kangmin y Shin Misook bailan al ritmo de la música que Boo Seungkwan toca en un piano de juguete, apenas está siendo de cuatro acordes, para los niños era más que suficiente para su pequeña fiesta en la oficina de la madre del primero.

Visten tutús de tul coloridos, lentes de sol y diademas con ojos de animales, están animados, disfrutando del momento. Por fuera hay una tormenta, razón que les había imposibilitado su visita al parque así que buscaron la manera de divertirse dentro del edificio.

El pequeño niño de cabellos lacios negros sabe que sus padres están atendiendo asuntos importantes en la sala de juntas, ellos solos, o eso fue lo que le dijeron antes de dejarlo con Seungkwan y su mejor amiga.

Misook es hija de Hari, le lleva apenas un año de diferencia, es una niña increíble y su amistad es muy cercana debido al trabajo de sus madres. Dongmin en serio agradece que su asistente se haya embarazado apenas meses después que él, así su hijo tenía una amiga y que mejor que de una persona en la cual confía

En cinco años las cosas podrían cambiar mucho. Kangmin comenzó el preescolar, al igual que Misook, iban al mismo donde cada recreo, se juntaban para jugar. Seungkwan también fue una parte importante en la vida del niño, era algo así como un hermano mayor para él, al año y medio de estar trabajando como su niñero, tanto Bin como Dongmin creyeron que lo mejor sería teniéndolo en su misma casa, así le evitarían pagar renta al pobre chico universitario.

"¡Súbele a eso, Kwan hyung!" Kangmin menea sus caderas de lado a lado, extasiado por la torpe melodía.

"Es lo más fuerte que suena tu pianito, Kangminie"

Un gruñido sale desde el pecho del infante, ha dejado de bailar. Sus cejas se fruncen en molestia, dándole un pisotón al suelo. Misook también deja de moverse alegremente, ahora ve a su amigo, preocupada.

"Le diré a papá que ese tonto piano no sirve, debe comprarme uno real"

"Sin malas palabras" el mayor le recuerda, quitándose las gafas de sol para lucir severo.

"Lo siento, hyung"

"Oppa Kwan ¿cuándo comeremos el almuerzo?" Misook se sienta sobre él, acariciando su estómago.

Si bien la niña no estaba a su cuidado, no le molestaba tenerla ahí, ya que a Kangmin le servía de compañía. Era una chiquilla tranquila, no daba tanta lata.

"Puedo pedir algo para ustedes ¿que se les antoja?"

"¡Pollo frito!"

"¡Nuggets de pollo!"

"Bien, eso será entonces"

Hace la llamada por su celular, indicándole a los niños que deben hacer silencio, con el dedo índice en sus labios, ambos se tapan la boca con las manos, riendo detrás de estos.

Y por asuntos importantes Dongmin se refería a su alfa penetrándolo dura y profundamente, con su espalda contra la mesa de la sala de juntas.

Totalmente poco profesional e incorrecto. Pero es su edificio y él decido qué es lo que está bien o lo que está mal dentro de este.

"¿Así, Dongminie?" se burla, mirando la cara ajena, descompuesta en placer.

El aludido asiente, arqueando la espalda, abre los labios pero nada sale de ellos. Sus filosas uñas parecían garras rasgando los brazos de su esposo, quien con cada estocada, golpea aquel punto que lo hace volverse loco.

Varias veces lo han hecho en la oficina, era simplemente increíble. La adrenalina de ser descubiertos lo hacía aún más excitante.

Dongmin gime en tono omega, haciéndole saber a Bin que pronto entrará en extasía, siente su pene ser aprisionado por las calientes paredes ajenas, haciendo así que llegue a correrse y segundos después a un orgasmo acompañado de su pareja.

El bebé del presidente | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora