Asheley es una joven curiosa y valiente que siempre ha sentido una atracción hacia lo desconocido. Un día, mientras explora el pueblo, se entera de la leyenda de la casa abandonada en la cima de la colina. A pesar de las advertencias de los lugareños, Asheley decide investigar la casa y descubrir los secretos que esconde.
Al acercarse a la casa, Asheley nota que el aire se vuelve más denso y el silencio es absoluto. La puerta principal está ligeramente abierta, como si alguien o algo la hubiera abierto recientemente. Asheley siente un escalofrío en la espalda, pero su curiosidad es más fuerte que el miedo.