Asheley ve a un niño pequeño, de unos 5 o 6 años, sentado en un rincón de la habitación, con una mirada perdida y asustada. El niño parece estar abandonado y olvidado, y Asheley se pregunta qué hace allí.
La mujer fantasma sigue acercándose, y Asheley se da cuenta de que necesita proteger al niño. Se acerca a él y lo toma de la mano, tratando de calmarlo.
El niño mira a Asheley con ojos asustados y le dice: "No la dejes cerca de mí, ella me hace daño".
Asheley se da cuenta de que el niño está hablando de la mujer fantasma de alguna manera, y que puede ser la clave para entender qué está pasando.
La mujer fantasma se detiene en seco y mira al niño con una expresión de ira y tristeza. "No lo metas en esto", Asheley"dijo, . "Este niño es mío".