Igual que en un cuento de hadas, Asheley y el Príncipe Matias se besan apasionadamente en los jardines del castillo. El beso es como un sueño hecho realidad, lleno de emoción y pasión. Los dos se pierden en el momento, sin preocuparse por nada más que por su amor.
Mientras se besan, el sol comienza a ponerse detrás de ellos, iluminando el cielo con colores cálidos y suaves. Los pájaros cantan en la distancia, y el aire está lleno del dulce aroma de las flores.
Después del beso, Asheley y el Príncipe Matias se miran a los ojos, sonriendo y felices. Saben que su amor es algo especial, algo que vale la pena luchar por el amor que se tienen.