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𝐎𝐫𝐪𝐮𝐢́𝐝𝐞𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐀𝐥𝐦𝐚

En un rincón sutil, donde el sol se despide, 
las orquídeas florecen, con gracia que no mide; 
son joyas del jardín, con formas de ensueño, 
cada pétalo un susurro, cada flor un pequeño.

Con elegancia innata, son reinas del silencio, 
sus colores vibrantes son un canto de misterio; 
en su fragilidad hay una fuerza escondida, 
como almas que brillan en la noche perdida.

Las orquídeas conocen del amor y la pena, 
son testigos calladas de la vida que suena; 
en su danza sutil con la brisa suave, 
son recuerdos de abrazos que el tiempo no grave.

Son flores de pasión, de anhelos profundos, 
que florecen en sombras y desafían los mundos; 
con una chispa eterna en su mirar sereno, 
nos enseñan a amar lo inusual y lo pleno.

Cada orquídea es única, como un corazón vivo, 
con historias que cuentan en su aroma cautivo; 
sus raíces se aferran a la tierra y el cielo, 
unidas por el deseo de encontrar su anhelo.

Así viven las orquídeas, en su esplendor divino, 
como poemas de amor que nunca tienen destino; 
son reflejos de sueños en el jardín del alma, 
un eco de belleza que siempre nos calma.

𝐄𝐜𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐬𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨; 𝐩𝐨𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐩𝐞𝐧𝐮𝐦𝐛𝐫𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora