Capítulo 1: Mariposas en la Penumbra

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La habitación estaba sumida en un silencio casi absoluto, apenas interrumpido por el suave zumbido de la ciudad a lo lejos. Las cortinas pesadas mantenían las luces del exterior a raya, dejando que solo algunos destellos se filtraran, proyectando sombras inciertas en las paredes. Felix estaba sentado al borde de la cama, sus dedos jugueteando con las sábanas, enredándose en la tela en un intento de calmar los nervios que lo consumían.

Podía sentir su corazón latir con fuerza en el pecho, cada golpe resonando en sus oídos como un eco interminable. Había algo en el ambiente, una tensión que lo mantenía al borde, como si un solo movimiento pudiera hacer que todo se desmoronara. No se atrevía a levantar la vista, sabiendo que si lo hacía, sus ojos se encontrarían con los de Hyunjin, y en ese momento, todo cambiaría.

Hyunjin estaba de pie junto a la ventana, observando la ciudad con una intensidad que Felix podía sentir en cada fibra de su ser. Su figura alta y esbelta parecía etérea bajo la luz tenue, como si fuera parte de la sombra misma. Había una distancia física entre ellos, pero emocionalmente, estaban tan cerca que Felix casi podía sentir el calor de su piel, el leve temblor de su respiración.

Finalmente, incapaz de soportar el silencio por más tiempo, Felix levantó la cabeza. Sus ojos se encontraron con los de Hyunjin, y en ese instante, el mundo se detuvo. No había necesidad de palabras; todo lo que sentían estaba claro en esa mirada. El deseo, el miedo, la incertidumbre... todo se reflejaba en esos ojos oscuros que parecían verlo todo, desnudando su alma con una sola mirada.

Hyunjin dio un paso adelante, sus movimientos eran lentos, calculados, como si temiera romper la delicada burbuja que los envolvía. Felix sintió un escalofrío recorrer su columna cuando Hyunjin se detuvo justo frente a él, tan cerca que podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo. El aire entre ellos se volvió denso, cargado de una electricidad que hacía que el corazón de Felix latiera aún más rápido, si eso era posible.

-Me das mariposas -susurró Felix, su voz apenas un murmullo, temeroso de romper el hechizo que parecía envolverlos.

Hyunjin sonrió, una sonrisa suave que apenas curvó sus labios, pero que contenía una mezcla de emociones que Felix no pudo descifrar del todo. Se inclinó hacia él, sus labios tan cerca del oído de Felix que su aliento cálido le rozó la piel. Cada parte del cuerpo de Felix reaccionó a ese simple gesto, su piel se erizó, y un nuevo escalofrío recorrió su columna.

-Sólo di que eres mío -susurró Hyunjin, su voz baja y cargada de una emoción que resonó en Felix como un eco. Era una petición, una súplica, y al mismo tiempo, una declaración de algo inevitable.

Felix cerró los ojos, tratando de encontrar su voz, pero se sentía atrapado en esa mezcla de emociones que lo abrumaban. Lo que Hyunjin estaba pidiendo no era simple. Era un paso hacia lo desconocido, un salto hacia algo que no podían controlar, pero que ambos deseaban con cada fibra de su ser. Sin embargo, sabía que no había vuelta atrás; habían llegado demasiado lejos, y el vacío entre ellos solo podía llenarse con la verdad que habían estado evitando.

-Siempre he sido tuyo -respondió finalmente, su voz temblorosa pero segura. Abrió los ojos para encontrar los de Hyunjin de nuevo, y en esa mirada compartida, ambos entendieron que estaban cruzando una línea de la que no habría regreso.

Hyunjin no dijo nada más. No había necesidad. Se inclinó y sus labios se encontraron en un beso que selló todo lo que habían estado callando. Era un beso lleno de pasión contenida, de todas las palabras no dichas y los sentimientos reprimidos. Felix sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies, como si todo el mundo girara alrededor de ese momento, de ese contacto que lo hacía sentir vivo como nunca antes.

Cuando se separaron, ambos permanecieron en silencio, respirando con dificultad, tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir. Felix sintió que todo había cambiado, y aunque parte de él estaba aterrorizado, otra parte se sentía aliviado, como si finalmente hubiera encontrado lo que había estado buscando durante tanto tiempo.

Hyunjin lo miró con una intensidad renovada, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y desafío.

-Nadie más debe saberlo -murmuró, su voz firme.

-Solo tú, yo, y Dios.

Felix asintió lentamente, sabiendo que Hyunjin tenía razón. Lo que tenían era demasiado frágil, demasiado peligroso para ser compartido. Pero en ese momento, no importaba. Porque a pesar de todo, mientras Hyunjin estuviera a su lado, Felix sabía que podría enfrentarlo todo. Incluso esas mariposas que seguían revoloteando en su estómago, recordándole lo cerca que estaban del borde de lo desconocido.

Y aunque el futuro era incierto, en ese momento, en esa habitación llena de sombras y secretos, lo único que importaba eran ellos dos.

Read you soon...
-Mimi 🦋

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