𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 ; Ben Bestia

𝒊𝒊𝒊. 𝗮𝗹𝘄𝗮𝘆𝘀 𝗮𝗻 𝗮𝗻𝗴𝗲𝗹

𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖳𝖱𝖤𝖲 | 𝗦𝗜𝗘𝗠𝗣𝗥𝗘 𝗨𝗡 𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟

Los cinco hijos de los villanos no tardaron en llegar al museo, las luces estaban prendidas, pero el museo ya estaba cerrado, por lo tanto no conseguirían mucha gente, solo guardias, lo cual hacía su trabajo mucho más fácil.

───El espejo.

───¿Se me corrió la máscara de pestaña? ───Astoria se giró para ver a Evie quien tenía un semblante preocupado.

───Ev, que tengas el maquillajes corrido es lo de menos.

───Escucha, si tienes ganas ¿qué tal si ves dónde está la varita mágica? ───Preguntó Mal en un tono para nada amigable, y Astoria sabia que eso pasaría, por esa razón habia intentado decirle algo más...suave, a Evie.

───Claro..───La peli-azul sacó su espejo. ───Por aquí.

Respondió ya acostumbrada a que Mal les hablara así y comenzó a guiarlos hasta llegar a una de las tantas entradas que tiene el museo. Había un guardia rodeado de pantallas que mostraban todo lo que grababan las camaras de seguridad. Detrás de él como si fuera el destino estaba la rueca de Maléfica.

Entonces mientras veían todo asombrados la silla chirrió, por lo cual se tuvieron que esconder para no ser vistos por el guardia.

───¿Esa es la rueca de tu madre?───Astoria frunció el ceño ante el comentario burlon de Jay, definitivamente no sabia lo que esa rueca podría llegar hacer.

───Es algo tonta. ───Continuó la burla Carlos.

───Es mágica, no tiene que verse siniestra. ───Dijo Mal indignada mientras sacaba el libro de hechizos que su madre le había dado, al menos ella si tenía objetos mágicos y no como los padres de Carlos y Jay. ─── "Mágica amiga, ha llegado la hora, de que mi víctima se duerma, ahora". ───Recitó la peli-morada uno de los encantamientos.

Cuando pensaron que funcionaría el guardia siguió mirando y comiendo como si nada.

───Impresionante.

───Me dió miedo. ───Fingió estremecerse Carlos recibiendo así un golpe de Astoria.

───Tontos son los que han dejado la rueca con tan poca vigilancia. Es muy poderosa. ───Dijo la rubia viendo fijamente el objeto mágico. Su padre le había contado mil y un veces la historia de Maléfica y la bella durmiente. No sabía si su padre era tan buen narrador o qué si esa escena donde la niña se pinchaba el dedo era tan escalofriante como se la contaban.

─── "Pincha su dedo, pincha y quema, que mi enemigo luego se duerma".

Entonces sucedió, el vigilante se levantó de su silla, caminó como hipnotizado hacia la rueca y pasó, tocó con su dedo índice el filo del objeto mágico. Destellos salieron de ahí, luego el guardia miró su dedo y cayó rendido en el suelo.