CAPITULO 4 ~ La boutique Hebe~

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- ¡¿ERICA?!

El estruendo resonó a escasos centímetros de su oído y, de un salto, se incorporó en la bañera, su torso desnudo aún empapado. Sentía su piel cálida, pero sus manos y pies estaban arrugados como pasas.

—¿Qué demonios haces ahí? —exclamó Marcus, su voz llena de preocupación.

Él intentaba ayudarla a levantarse mientras ella trataba de asimilar lo que estaba sucediendo. Parecía que eran alrededor de las 7 de la mañana y, de alguna manera, se había quedado dormida en la tina. Mientras él la envolvía con su albornoz, ella seguía atrapada en sus pensamientos, procesando la locura de la noche anterior.

—¿Y bien? —insistió Marcus, su tono impaciente.

Ella, aún perdida en su mente, apenas logró balbucear.

—¿Qué?

Marcus parecía irritado, pero no dudó en repetirlo.

—Que por qué estabas ahí, podrías haberte ahogado o algo. Erica, no sé qué te pasa estos días, pero andas muy rara.

Ella trataba de buscar una respuesta, pero ¿cómo iba a explicarle que chicos de su edad conocían a su madre? No tenía sentido y lo sabía. Marcus no parecía esperar una respuesta, ya que comenzó a buscar algo en su bolsillo. Cuando sacó lo que tenía, sintió que su corazón se detenía por unos segundos.

—Había unas cinco de estas en la entrada cuando llegué. Se ven "fancys". Me mataba la curiosidad, pero supuse que te enfadarías si las abría.

Sus ojos no se separaron del sobre, exactamente igual al que había quemado unas horas antes. El mismo llamativo rojo "burgundy", la misma tipografía y aquel brillante dorado surcando el casi indetectable relieve de las letras. Tomó la carta, relacionándola con Eros, y notó que Marcus parecía satisfecho. Él le avisó que estaba destrozado y que se iría a dormir. Aprovechando la oportunidad, se encerró en su habitación, lista para leer lo que era tan importante como para ser enviado seis veces

" Estimada Erica Bennett Rossi deseamos conocerla mejor. Le habla el gerente del local que usted conoce como "Eros". Nos gustaría saber más de usted y ofrecerle un trabajo dentro de la empresa  SILVER. Nosotros nos encargamos de la boutique Hebe, El club de noche Eros y la tienda para adultos Afrodita .Creemos que tiene el perfil perfecto para trabajar cara al público en la Boutique Hebe. Si desea saber más contáctenos a través de este número de teléfono +00 000-000-000 "

Eran bastante ingenuos si pensaban que permitiría que esas personas se metieran en su vida así, sin más. Erica ni siquiera estaba segura de si quería seguir siendo "camarera" en Eros, un mundo que cada vez le resultaba más ajeno y agobiante. Con un gesto decidido, tomó las cartas y las arrojó a la basura, como si de ese modo pudiera desechar también las dudas que le acechaban.

Se acomodó en el sofá, buscando refugio en una cobija que la envolvía con calidez. Justo cuando se entregaba al abrazo del sueño, una notificación interrumpió la paz que había conseguido tras horas de agotamiento.

—Buenas, señorita Erica. Nos hemos tomado la libertad de contactarla personalmente al notar su indecisión. Si desea saber más acerca del empleo que se le asignaría en la boutique Hebe, responda a este mensaje con un "sí".

La incredulidad la invadió. ¿Indecisión? Acababa de deshacerse de esas cartas, como si fueran un mal recuerdo. Giró la cabeza, ansiosa por comprobar si alguien la estaba observando desde las ventanas. Pero las persianas estaban tan bajas que era imposible.

—No, no deseo saber nada. Agradecería que me dejasen en paz —escribió, su frustración palpable en cada letra.

Esperó, y la tensión en el aire se volvió insoportable. Quería lanzar el teléfono por la ventana, liberar su rabia de alguna manera.

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