Recuerdos perdidos

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El primer día de clases después de tantos años en Estados Unidos había sido una montaña rusa emocional para Sunghoon. Ver a Sunoo, su amigo de la infancia, y luego darse cuenta de que no lo recordaba, lo había dejado devastado. Sin embargo, había algo en su interior que le decía que tenía que intentarlo de nuevo. Quizás, solo necesitaba darle tiempo a Sunoo para que lo reconociera.

Al día siguiente, Sunghoon se armó de valor y decidió acercarse a Sunoo durante el recreo. Lo vio sentado en una banca con otro chico, riendo y bromeando. Sunghoon dudó un momento, pero finalmente caminó hacia ellos.

-Sunoo... -dijo con cautela.

Sunoo levantó la vista y lo miró con una ligera sonrisa, pero la misma confusión de antes seguía presente en sus ojos.

-Oh, tú otra vez. ¿Necesitas algo? -preguntó Sunoo, sin dejar de sonreír, pero claramente sin saber quién era Sunghoon.

El otro chico lo miró con curiosidad.

-No, nada... Solo quería... hablar. -Sunghoon bajó la mirada, sintiendo que su corazón se rompía un poco más.

-Ah, lo siento, estoy hablando con Hyunjae ahora. ¿Podemos hablar luego? -respondió Sunoo con una amabilidad educada, sin darse cuenta de lo mucho que esas palabras lastimaban a Sunghoon.

Sunghoon asintió en silencio, sin saber qué más decir. Dio media vuelta y se alejó, sintiendo cómo la tristeza lo envolvía. Cuando entró al baño del colegio, el nudo en su garganta ya era imposible de contener. Cerró la puerta de uno de los cubículos, y sin poder evitarlo más, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

Durante diez minutos, Sunghoon dejó que todo el dolor y la frustración salieran en forma de llanto silencioso. *¿Cómo es posible que haya olvidado todo?*, pensaba entre sollozos. *¿De verdad fue tan insignificante para él?*. El tiempo no había borrado a Sunoo de su corazón, pero para Sunoo, él era solo un extraño más.

Finalmente, después de un rato, Sunghoon tomó aire y se secó las lágrimas con la manga de su chaqueta. *Tengo que aceptarlo*, pensó con resignación. *Sunoo no me recordará jamás.*

Con una determinación silenciosa, salió del baño, asegurándose de que su rostro no mostrara señales de que había estado llorando. No quería que nadie lo viera así, especialmente no Sunoo.

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Cuando terminó el día, Sunghoon salió del colegio, decidido a seguir adelante, aunque el dolor aún pesaba en su pecho. Mientras caminaba hacia la salida, escuchó una voz familiar.

-¡Sunghoon!

Se giró, sorprendido. Frente a él estaba la madre de Sunoo. Aunque habían pasado siete años, ella lo reconoció al instante.

-¡No puedo creerlo! -dijo la mujer con una sonrisa amable-. ¡Mira cuánto has crecido!

Sunghoon, aún desconcertado por el encuentro, sonrió débilmente.

-¿Señora Kim? -dijo en voz baja, sorprendido de que ella lo recordara tan bien.

-Sí, soy yo -respondió ella, acercándose-. Dios mío, Sunoo no me dijo nada de que habías vuelto. ¿Desde cuándo estás aquí? ¿Cómo está tu familia?

Sunghoon sintió cómo la incomodidad lo invadía, pero respondió con cortesía.

-Llegamos hace un par de semanas. Mis padres están bien, gracias. No... no he hablado mucho con Sunoo -admitió, evitando su mirada.

La madre de Sunoo lo miró con sorpresa.

-¿No? Qué extraño... ustedes dos eran inseparables cuando eran niños. Seguro que Sunoo se alegrará de verte de nuevo.

Sunghoon forzó una sonrisa, sabiendo que eso no era cierto.

-Sí, tal vez -murmuró, sin querer explicar lo que realmente había pasado.

La madre de Sunoo lo miró un momento, percibiendo que algo no estaba bien, pero decidió no presionarlo. Sin embargo, antes de despedirse, le dijo suavemente:

-Dale tiempo, Sunghoon. Estoy segura de que él también te recuerda en lo profundo de su corazón. Algunas cosas solo necesitan un poco más de tiempo para volver a la superficie.

Sunghoon asintió, pero en su interior no estaba tan seguro. Mientras la veía alejarse, solo podía preguntarse si alguna vez volvería a tener en su vida al Sunoo que había conocido años atrás.

𝐄𝐥 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora