El noviazgo

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ㅡ¿En verdad te gustaría ser mi novio?ㅡ preguntó el emiratí con una voz algo quebrada.

ㅡClaro que sí, creo que tú y yo estamos conectados, que somos el uno para el otroㅡ respondió el mexicano mientras tomaba ambas manos del árabe.

Emiratos comenzó a llorar de felicidad, jamás creyó que este día llegaría. Abrazó a México escondiendo su rostro en el pecho del hispano llenándolo de lágrimas en el proceso. México correspondió el abrazo, le parecía tan tierna la reacción del otro.

ㅡTú y yo estaremos junto por siempreㅡ dijo de forma dulce el mexicanoㅡ Y no te preocupes, haremos todo lo posible para que nadie más lo sepa, no me gustaría meterte en problemas por esto.

ㅡEstoy muy seguro que nadie lo sabráㅡ respondió el emiratí mientras se separaba y limpiaba sus lágrimas.

Se escucharon tres toques en la puerta, cosa que exaltó a ambos, deseaban que quien estuviera ahí fuera no los hubiera escuchado. México le indico a Emiratos que se escondiera en el baño de la oficina, cosa que hizo sin dudar el árabe; cuando el mexicano se percató de que el otro se había escondido finalmente abrió la puerta.

Sintió un escalofrío al ver que se trataba de Arabia Saudí.

ㅡHola, México ¿cierto?

ㅡAsí es, estoy aquí para servirte.

ㅡ¿Has visto a Emiratos? Llevo buscándolo durante diez minutos y tampoco responde mis llamadas.

ㅡCreo que lo vi cerca de la oficina de China.

ㅡ¿Y hace cuanto lo viste?

ㅡComo hace...eh... cinco minutos.

ㅡPero te haces más de cinco minutos en ir de la oficina de China a la tuya, ¿cómo llegaste aquí tan pronto?

ㅡEh...mira la hora, tengo que entregar unos reportes en cuatro minutos, así que debo de dejarte. Ten suerte encontrando a Emiratos, adiósㅡ y cerró la puerta.

México dejó salir un suspiro, sintió muy cerca el peligro. 

Tras calmarse, entró al baño para indicarle a su pareja que ya todo estaba bien, pero que sería mejor que esperara unos cuantos minutos para salir de la oficina.

ㅡNo me había dado cuenta de que tenía una mancha de salsa en la frente, ¿cómo rayos llegó ahí?ㅡ decía el árabe mientras se veía al espejo.

ㅡ¿Era una mancha de salsa? Creí que te había picado algún insectoㅡ respondió el mexicano.

ㅡMe estuve viendo mal durante toda la confesión, cielos, que vergüenzaㅡ el tonó de voz que usaba el emiratí demostraba cierta molestia consigo mismo.

ㅡUy sí, que vergüenza, porque verse bien es importante cuanto tienes parejaㅡ dijo en tono de burla México.

Emiratos iba a responder a eso, pero su celular sonó, era una llamada del saudí, tenía que contestarle sí o sí, por lo que se despidió de México y salió de la oficina para ir a cualquier lugar y decirle al árabe al otro lado de la línea donde podrían verse.

Al colgar la llamada, entró a la aplicación de cámara de su celular para ver su rostro y buscar si tenía algún otro defecto. Pensó en aquel comentario que hizo el mexicano, que era importarse verse bien cuando tenías pareja. No había captado que era broma, él pensó que quizá eso era el pensamiento occidental con respecto a las parejas.

ㅡBueno, yo luzco bien, supongoㅡ dijo mientras se seguía viendo a través de la cámara.

Príncipe [México x Emiratos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora