La protagonista de esta historia, una joven llamada Alejandra, ha tenido un duro golpe en su vida personal. Sus padres se han divorciado y, en medio de la confusión y la tristeza, ha tenido que dejar su hogar y toda su vida en su ciudad natal para i...
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Era un sábado por la mañana, ya todo estaba en el camión de mudanza, yo seguía en mi habitación intentando analizar todo, pero al final no valía la pena a fin de cuentas nos íbamos a mudar suspiré para finalmente bajar hacia la sala para encontrar a mi madre hablando con mi padre, la verdad no logre escuchar mucho así que solo espere a que mi padre subiera al auto para poder despedirme de mi madre.
— Oh Ale... Cariño se que es duro, pero mira el lado bueno harás nuevos amigos y aprenderás cosas nuevas — me dijo mi madre algo melancólica
— Yo... No lo sé mamá… — dije sin mirarla a la cara — por lo menos vendrás a visitarme cierto? — me sentía demasiado mal por tener que irme y tener que dejar a mi madre
— ¡Claro cariño! Te visitaré cada mes y estaré ahí en cada cumpleaños! ¡Ni siquiera notarás mi ausencia! — me dijo ella mientras me abrazaba y acariciaba la cabeza
— Bien mamá... Te voy a extrañar y mucho — solo pude corresponder su abrazo y empezar a sollozar
— Ale! ¡Vamos! Debemos llegar a organizar todo! — me gritó mi padre desde el auto
— Te voy a extrañar — dijimos mi madre y yo al mismo tiempo para darnos un último abrazo.
Me limpie los ojos ya que lágrimas amenazaban con salir y finalmente subí al auto no quise ni mirar a mi padre, me puse mis audífonos y puse mi canción favorita, durante todo el viaje me la pasé observando el paisaje y hablando con mis amigos y pareja.
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Cuando llegamos a nuestro destino solo pude entrar a mi habitación y observar que este ya tenia los muebles en ella, me acosté en mi cama y sentí como mis ojos se cerraban para finalmente caer en brazos de morfeo
˖ ݁𖥔 ݁˖ 𐙚 ˖ ݁𖥔 ݁˖
Al despertar me di cuenta que eran las 6:00AM cuando me desperté, me tallé un ojo y me levanté de mi cama, abrí mi ventana e hice mi rutina diaria, me bañe, cepille los dientes, cambie y finalmente me peine, baje a la sala para encontrarme con mi padre en la cocina haciendo el desayuno
— ¡Buenos días calabacita! — me dijo mi padre algo entusiasmado mientras me servía el desayuno
— Buenos días papá… — simplemente me limité a decir eso, ya que aún no asimilaba todo lo de su divorcio con mamá le di una leve mirada de reojo y me senté en una silla a esperar mi desayuno
— ¿Estás entusiasmada por tu primer día de clases en tu nueva escuela? — pregunto mientras me servía el desayuno
— Si...— empecé a comer — no entiendo porque nos tuvimos que mudar... — dije mientras seguía comiendo
