La protagonista de esta historia, una joven llamada Alejandra, ha tenido un duro golpe en su vida personal. Sus padres se han divorciado y, en medio de la confusión y la tristeza, ha tenido que dejar su hogar y toda su vida en su ciudad natal para i...
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˙✧˖°Un nuevo comienzo༘⋆。°
Después de una mañana emocionante, finalmente me encontré sentada en mi última clase en esta nueva escuela. Mateo se sentó a mi lado y comenzamos a charlar sobre nuestros intereses y pasatiempos.
— ¿Te gusta la música? — preguntó Mateo.
— Sí, me encanta — respondí — Toco un poco el piano.
— ¡Genial! — exclamó Mateo —. Deberías unirte al club de música — me sonrió —Son muy divertidos.
Me sentí emocionada ante la posibilidad de encontrar algo que me gustara en esa nueva escuela. — ¿Qué otros clubes hay? — pregunté algo emocionada
— Hay uno de arte, otro de deportes y también uno de teatro — respondió Mateo —. ¿Te interesa alguno de ellos?
Pensé por un momento antes de responder. — Creo que me gustaría probar el club de arte — dije finalmente.
Mateo sonrió. — Excelente elección — dijo — Te presentaré a Sofía después de clase es una gran amiga mía y la presidenta del club
Le sonreí — Estaré encantada de conocerla — después de eso la profesora entró al aula y comenzó a hablar, todos nos callamos, pero yo ya me sentía más conectada con Mateo y la escuela. Después de clase, Mateo me llevó al club de arte y me presentó a la presidenta.
— Hola, Ale — dijo Sofía con una sonrisa — Mateo me habló de ti bienvenida al club de arte.
Me sentí emocionada de estar allí y de haber encontrado algo que me gustara. — Gracias — respondí —. Estoy emocionada de unirme.
Sofía sonrió — Excelente — dijo —. Tenemos una reunión esta tarde en la cafetería Early Latte para planificar nuestro próximo proyecto. ¿Quieres venir?
Asentí con la cabeza. — Sí, estaré allí. — dije para salir del club despidiéndome de Sofía y Mateo con una sonrisa, mientras caminaba hacia casa después de la reunión, me sentí más optimista sobre mi nueva vida en Nueva York.
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A
l llegar a casa, mi padre estaba sentado en la sala, leyendo un libro. Me miró y sonrió.
— ¿Cómo te fue en la escuela? — preguntó.
Me senté a su lado y le conté sobre mi día, sobre Mateo y Sofía, y sobre el club de arte — Me siento más conectada con la escuela — dije — Creo que va a gustarme.
Mi padre sonrió — Me alegra, Ale — dijo —. Sabía que lo harías.
Me sentí un poco incómoda con su entusiasmo, pero traté de sonreír — Gracias, papá — dije.