¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
Los días habían pasado rápidamente desde aquella mañana en la playa con Halcón, pero la tensión en Cobra Kai seguía latente. Alaska podía sentirlo en el ambiente cada vez que entraba en el dojo, las cosas entre los estudiantes no habían vuelto a la normalidad después del Valley Fest y aunque Johnny intentaba mantener el control, la rivalidad y la presión continuaban creciendo.
Alaska estaba apoyada en la puerta de la oficina de su padre, observando cómo Miguel y una nueva chica llamada Tory se enfrentaban en un combate. La chica, que había llegado al dojo hacía poco, tenía una energía feroz y un estilo agresivo, era intensa y decidida, Alaska no podía evitar admirar su destreza.
Johnny, parado a un lado, observaba atentamente el combate, corrigiendo posturas y dando instrucciones con su tono firme habitual. Pero a pesar de su concentración en la pelea, Alaska podía ver en su rostro que la tensión también lo afectaba.
—¡Descanso de 5 minutos! —ordenó Johnny, su voz resonando en todo el dojo.
Mientras los estudiantes comenzaban a dispersarse para aprovechar el descanso, Halcón notó a Alaska y se acercó a ella, con una sonrisa que había estado practicando más a menudo desde su día juntos en la playa.
—¿Qué te parece la nueva chica, Tory? —dijo inclinándose casualmente contra la pared junto a ella.
—Es buena, eso es seguro, tiene mucha energía, aunque un poco agresiva, ¿no crees? —respondió, observando a Tory desde la distancia.
—Sí, me recuerda un poco a cómo éramos todos al principio, quiero decir, cuando empezamos a tomarnos en serio el "no mercy". Pero no todos son como tú, que prefieren encontrar su propio camino. —Se volvió hacia Alaska con una sonrisa.
—Si, supongo que cada uno encuentra su forma de manejar las cosas. —rio suavemente y se giro para mirarlo.
Justo en ese momento, el Sensei Kreese se acercó a ellos, su presencia imponente cortando la conversación en seco. Alaska y Halcón se enderezaron instintivamente, como si su mera proximidad demandara respeto y atención.
—Saben... la clase de hoy es solo el comienzo, veo mucho potencial en algunos, pero si quieren llegar a la cima, necesitan entender una cosa muy importante. —dijo Kreese, con su voz profunda y autoritaria.
Kreese hizo una pausa, asegurándose de tener completamente su atención. Sus ojos, fríos y calculadores, se movieron de Halcón a Alaska, y de vuelta a Halcón, como si los estuviera evaluando.
