─✧ 𝟎𝟒 '-

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━━━ 𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗼𝘂𝗿 ━━━

━━━ 𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗼𝘂𝗿 ━━━

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El sol de la mañana comenzaba a iluminar las calles de Reseda mientras Alaska se encontraba frente a la entrada de su nueva escuela. El bullicio de estudiantes, el sonido de las puertas de los casilleros abriéndose y cerrándose, y las risas despreocupadas de los adolescentes resonaban en sus oídos, creando un contraste abrumador con la tranquilidad de las playas de Hawaii, donde había pasado toda su vida. Respiró profundamente, tratando de calmar los nervios que le revolvían el estómago. Mientras avanzaba hacia las puertas principales, sentía cada mirada curiosa y cada susurro a su alrededor, como si todos supieran que ella era la chica nueva, la forastera. Miguel la esperaba cerca de la entrada, su rostro se iluminó con una sonrisa tranquilizadora cuando la vio acercarse.

—Hey, Alaska, ¿lista para tu primer día? —le preguntó, tratando de aliviar la tensión que veía en sus ojos.

—Más o menos, todo esto es... diferente. —respondió Alaska, forzando una sonrisa.

—Lo sé, pero te acostumbrarás, y no estarás sola. Voy a estar contigo. —dijo Miguel comprendiendo lo que ella sentia.

Miguel había hecho todo lo posible por hacerla sentir cómoda desde su llegada, pero Alaska no podía evitar sentir que no encajaba. Se notaba en los detalles: el tono de su piel, el acento sutil en su voz.
Pero por ahora, su objetivo principal era sobrevivir al primer día, juntos, caminaron por el pasillo abarrotado. Miguel le mostró su casillero y le explicó el funcionamiento de la escuela, mientras Alaska intentaba recordar cada detalle, aunque su mente seguía divagando entre recuerdos de la isla y la nueva realidad que tenía frente a ella.

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La primera clase del día fue Historia, Alaska entró en el aula acompañada por Miguel. Las conversaciones cesaron brevemente cuando los estudiantes la vieron entrar, y Alaska sintió que las miradas se clavaban en ella como agujas. Unos segundos después, las conversaciones se reanudaron, aunque sentía que ahora era el tema principal. Buscó un lugar en la parte de atrás, esperando pasar desapercibida.

Cuando el profesor comenzó la lección, Alaska trató de concentrarse, pero todo le resultaba abrumador. La forma en que hablaban, las referencias que hacían, incluso la manera en que se dirigían al profesor, todo era un recordatorio de lo lejos que estaba de casa.

Sin embargo, a lo largo de la clase, hubo un par de momentos en los que Alaska sintió una conexión. Cuando mencionaron a los antiguos navegantes polinesios, su mente se iluminó con imágenes de su hogar, de las historias que su abuelo solía contarle. Levantó la mano tímidamente y el profesor, sorprendido de que la nueva estudiante participara, le dio la palabra.

𝐁𝐞𝐭𝐰𝐞𝐞𝐧 𝐤𝐢𝐜𝐤𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐰𝐚𝐯𝐞𝐬 || 𝐂𝐨𝐛𝐫𝐚 𝐊𝐚𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora