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Alaska caminó rápidamente hacia el dojo de Cobra Kai. Su mente estaba un torbellino de pensamientos y emociones, sentía la necesidad urgente de enfrentar a su padre. La revelación de que Robby estaba en la ciudad, entrenando con Daniel LaRusso había sido un golpe inesperado, y ahora necesitaba respuestas. Cuando llegó al dojo, el lugar estaba tranquilo y vacio, dejando solo el silencio y las luces tenues. Alaska cruzó el tatami con pasos firmes, dirigiéndose directamente a la oficina de Johnny. Al llegar, vio a su padre sentado detrás del escritorio, revisando algunos papeles, Johnny la saludó sin levantar la vista, con el tono casual de siempre.
—Hey, Alaska. ¿Qué te pareció la presentación? —preguntó, concentrado en lo que tenía delante.
—¿Por qué no me dijiste? —respondio Alaska, sin rodeos y con un tono más frío de lo habitual.
Johnny levantó la mirada, sorprendido por el tono de su hija. Frunció el ceño, claramente confundido.
—¿A qué te refieres? Creí que Miguel y el resto te lo dirían. Yo...
Antes de que pudiera terminar, Alaska lo interrumpió, su voz firme y cargada de una emoción contenida.
—Hablo de Robby.
El silencio que siguió fue pesado, lleno de tensión, Johnny la miró durante unos segundos, sus ojos mostrando una mezcla de sorpresa, culpa y cansancio. Finalmente, suspiró profundamente, como si se preparara para una conversación que había estado evitando.
—Alaska... no quería que te enterarás asi. —comenzó, dejando los papeles a un lado y enfocando toda su atención en ella.
—Todo este tiempo me hiciste creer que Robby estaba lejos, me dijiste que estaba con su mamá, que ni siquiera estaba en la ciudad. ¿Cómo pudiste ocultarme algo así? ¡Es mi hermano! Yo tenía derecho a saber. —dijo Alaska, su voz temblando de rabia y tristeza.
—No te lo oculté para hacerte daño, no quería que te sintieras atrapada en medio de Robby y yo, las cosas con él no son como antes. —dijo intentando mantenerse calmado.
—¡No son como antes porque tú las arruinaste! Robby y yo éramos inseparables cuando éramos niños, ¿te acuerdas de eso? ¡Nosotros nos teníamos el uno al otro! ¿Y ahora? Han pasado años desde la última vez que lo vi. Todo este tiempo pensé que estaba en otro país, que no había forma de encontrarlo... pero estaba aquí, Johnny, ¡aquí! ¡En la misma ciudad!
