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No ser amado creo que es, devastador.
Y aún más, si no eres amado por tu Alma Gemela, aquella que está hecha para ti en el momento en el que lo conoces.
O en el momento en el que se miren a los ojos y sepan que están hechos el uno para el otro.
En realidad, no soy amada por mis Almas Gemelas y a veces es doloroso, bueno, era doloroso... Hasta que morí de cáncer, sola y en una camilla de hospital sin nadie a mi lado.
Aunque mis hijos si trataron de verme y digo trataron porque sus padres no los dejaron.
A todo esto, se preguntaran... ¿Quien soy yo?
Pues... Soy el Alma Gemela de los Vengadores.
Puede sonar increíble pero no es así.
Quienes debían cuidarme, atesorarme y amarme solo me dieron la espalda... Y centraron su atención en alguien que no era yo.
En fin, no hablemos de eso, hablemos de que fue lo que pasó después de que morí... Morí a los 38 años, pero ahora creo que tenía 36 años:
"De acuerdo... Esto sería una reencarnación... ¿verdad?¿O una regresión?"
Me pregunté a mi misma, recuerdo de forma perfecta estar en la camilla, con un monitor a mi lado... Y estaba tan débil, no tenía ni ganas de comer.
Me mire al espejo y ahí estaba, cómo si nunca hubiese tenido cáncer, cómo si la enfermedad jamás hubiese estado ahí.
Suspire un poco pero me sobresalto el ruido de mi habitación abrirse... Revelando a Nymera y Morgan, mis dos pequeñas hijas:
"¡Mamá!Buenos días~"
"Hola mami~"
Sentí mis ojos picar al verlas a ambas, la última vez que las ví a ambas fue cuando Tony decidió mandar a Morgan a un internado hasta que cumpliese 15 años y a Nymera cuándo Thor se la llevó a Asgard.
Recuerdo a Morgan gritar que no la separaran de mi y a Nymera tratando se safarse de la mano de Thor en su brazo, él se la llevó a Asgard... Unas imágenes que me destruían:
"Mis niñas~ Vengan aquí las dos"
La voz me había sonado un tanto quebrada, aún así ambas vinieron hacia mi con sus brazos abiertos, las abraze a ambas con algo de fuerza, sentí que las había extrañado mucho:
"Mami, ¿poque lloras?"
Morgan me pregunta, ni siquiera había notado que había empezado a llorar:
"Mami solo tuvo una horrible pesadilla... Ya estoy mejor ahora... Déjenmen abrazarlas otra vez, ¿si?"
Ellos se miraron confundidas pero aún así me abrazaron nuevamente, me pude sentir más aliviada ahora.
No sabía porque en cierta manera, había vuelto, o si era una reencarnación, pero lo que si sabía era que no volverían a alejarme de mis hijos, jamás se los voy a permitir:
