"Así es la lectura para mí. Es encontrar un manantial en medio de una tierra árida. Justo cuando pienso que podría morir de sed, me tropiezo con esta agua fresca y fría que de repente da nueva vida a mi corazón".
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Título: Jardín de vidrio.
Autor: Tatiana Tibuleac.
Argumento:
Moldavia en los años más grises del comunismo. La anciana Tamara Pavlovna rescata a la pequeña Lastotchka de un orfanato. Lo que en principio puede parecer un acto de piedad esconde una realidad terrorífica. Lastotchka ha sido comprada como esclava, para ser explotada durante casi una década recolectando botellas por la calle. Aprender. A sobrevivir robando y mendigando, rechazando las solicitudes de hombres demasiado insistentes, en un ambiente de violencia y miseria. Basada en la propia historia familiar de la autora, El jardín de vidrio es, ante todo, un ejercicio de exorcismo doméstico, una carta imaginada por una niña hacia sus padres desconocidos donde el dolor a causa de su abandono, el desamor y la ausencia de ternura y emoción se muestran como heridas que quizá nunca lleguen a cicatrizar del todo. La falta de piedad del mejor Dickens y la escritura caleidoscópica de Agota Kristoff hacen de esta segunda novela de Tatiana Țîbuleac una tragedia tan cruel y compasiva como reveladora de aquello que nos depara el destino y su belleza.
Narrador: primera persona.
Época: años del comunismo en Moldavia.
Género: ficción general. Ficción histórica.
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UNA CARTA DESDE LA ORFANDAD...
Sobre el libro y otras cosas:
Y seguimos con las lecturas que realicé en el mes de agosto y ahora toca hablar de la penúltima, pero volviendo a la pluma de Tatiana, que me cautivó por completo cuando la leí en el mes de mayo con su novela: El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, que no dudé en conseguir su más reciente novela (al español) para leerla este mes.
Ahora sí que podemos decir que prácticamente me aventé a este libro a ciegas, ya que no había visto ni una reseña de él, y yo que tenía la vara bastante alta con la otra novela que no dudé en buscarlo sin opiniones externas y a ver... fue una lectura desafiante, y sin lugar a dudas me topé con una historia ambiciosa por muchos aspectos, de hecho al procesarla con los días es que le di una puntuación final, porque sentía que esta historia no podía calificarla a la ligera, tenía que procesarla bien.
