Un error de dedo podía costar muy caro.
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Cuando Jisung, stalkeando al popular influencer Lee Know, a quien consideraba su enemigo, dió click a seguir por un desliz de dedo, el Internet explotó con screenshots del suceso y se crearon cientos de te...
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Hyunjin se burló de él toda la mañana siguiente. Muy a su pesar le había admitido lo que sucedió en el parque de diversiones y a cambio no obtuvo más que burlas de quien se hacía llamar su mejor amigo. Traicionero. Han quería olvidar toda la estupidez de Minho o que alguien lo atropellara, cualquiera que fuese antes.
Luego del rodaje había cenado con todo el equipo de Minho, él incluido. El muy maldito ni siquiera le volvió a dirigir la mirada en toda la noche, lo que le ocasionó más furia. Sumado a que tuvo que pagar toda la cuenta y aunque no le suponía un problema, sí a su orgullo.
No lo iba a admitir jamás, pero su susurro y la cercanía en plena cima de la montaña rusa seguía en su cabeza como disco rayado. En su cama, sintió su rostro enrojecerse.
Minho era extraño. Jisung no tenía una buena opinión de él en lo absoluto (jamás pensaba olvidar lo que sucedió en aquel evento donde lo conoció en persona por primera vez dos años atrás) pero no lo odiaba, al menos no tanto... Como fuera, no deseaba relacionarse más con él. Ya tenía una mancha en su expediente anteriormente intacto de polémicas, ¡una mancha! Y de un romance mezclado con odio, que era peor.
Gruñó dentro de sus sábanas. Podía ser capaz de rememorar perfectamente lo sucedido un día antes y no entendía por qué le daba tantas vueltas. Solo había sido un jodido susurro de Minho para verse presumido. Solo eso. ¡Entonces por qué diablos su cerebro le daba tantas vueltas!
Se talló el rostro varias veces, era plena noche y se sentía incapaz de dormir. Peor aún: al día siguiente tenía el día ocupado ya que sus vacaciones estaban cerca y su equipo tenía que pre-grabar todo el material, tenía que estar con la energía completa, bien descansado. No pensando en un estúpido pelinegro y su engreída sonrisa.
El tema ya estaba zanjado. Chan, su mánager, luego de la cena del día anterior, le había dicho que ya todo estaba bien: no era necesario hacer otra cosa o forzar una interacción. Los fans serían felices con dicho vídeo y los medios amarillistas se quedarían bien callados. Han se había sentido eufórico ante aquella noticia, eso significaba no volver a ver un irritante rostro frente a él. Pero ahora, en su cama a mitad de la noche, no sabía cómo se sentía.
Exhausto, tomó su celular que permanecía en la mesilla al costado de la cama. Con suerte, luego de una ronda de tik toks podría dormir. Entró en la app, deslizando con curiosidad lo nuevo. Habría continuado con ello si no fuera por una extraña notificación que vio emerger justo en ese momento en su bandeja: era de Instagram. Al tener una cuenta tan popular, los avisos de seguidores ni siquiera le aparecían, pero esta en específico resaltaba porque provenía de un verificado y alguien a quien días antes le dio unfollow.
Sostuvo la respiración y con una maldición, soltó el celular.
Minho lo había empezado a seguir y tenía la notificación de un mensaje suyo.
