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Capítulo 16: Incorrecto...pero inevitable [continuación]

El beso se profundizó, se volvió más exigente, y Jimin no pudo evitar soltar un gemido ahogado cuando sintió las manos de Yoongi adentrarse bajo su camisa, tocando su piel con una familiaridad nueva, pero extrañamente cómoda, mientras sus labios comenzaban a descender, dejando los suyos para trazar un camino lento hacia su cuello. Yoongi inhaló el aroma tenue mente delicado de Jimin, ese que siempre había encontrado reconfortante, pero que ahora lo llenaba de un anhelo casi doloroso.

Quería más, necesitaba más.

Sus manos se movieron con naturalidad bajo la camisa de Jimin, encendiendo cada rincón de su piel. Los dedos del omega se enredaron fuerte en el cabello de Yoongi cuando los labios del alfa encontraron el pulso en su cuello, besando con una lentitud que le robaba hasta el aliento.

Jimin intentaba mantener su respiración controlada, pero era casi imposible. Cada vez que lo besaba, cada vez que sus manos se deslizaban con más confianza sobre su piel, sentía cómo su autocontrol se desvanecía.

Con la fuerza natural de un alfa, Yoongi cambió su posición. En un movimiento suave pero firme, los tumbó a ambos sobre la cama, con Jimin ahora debajo de él. El peso de Yoongi sobre su cuerpo, la sensación de estar envuelto por su calor, hizo que Jimin soltara un jadeo ahogado.

No había forma de ignorar lo que estaba pasando.

Yoongi, con manos más decididas, comenzó a comenzó a desabrochar la camisa de Jimin, sus dedos moviéndose lentamente, con una paciencia que casi contradecía la urgencia de sus movimientos. Mientras deslizaba la tela por los hombros de Jimin, dejaba una hilera de besos suaves y ardientes en su pecho, provocando suspiros entrecortados del omega que tanto deseaba.

Mientras el calor subía, las prendas comenzaron a desaparecer una por una, deslizándose fuera de sus cuerpos como si estuvieran abandonando cualquier inhibición que aún les quedara. Yoongi, guiado por una mezcla de instinto y deseo, despojó a Jimin de sus últimas prendas, revelando su cuerpo en toda su gloria. Era una vista que lo dejó sin aliento, su propia piel ardiendo con la necesidad de tocar, explorar, reclamar.

El contacto de sus cuerpos desnudos provocó gemidos en ambos, el roce de sus intimidades enviando ondas de placer por todo su ser. Era una sensación cruda, pura, que les hizo olvidar todo lo demás. Yoongi, con el rostro perlado de sudor, acarició el rostro de Jimin con su pulgar, trazando líneas suaves y llenas de una delicadeza antes de volver a  inclinarse, y capturar los labios de Jimin una vez más. Un beso cargado de necesidad y ternura, de deseo y cuidado. A pesar del calor que envolvía a ambos, había algo suave en la manera en que Yoongi lo besaba, como si quisiera asegurarse de que Jimin supiera que esto iba más allá del instinto.

Jimin, por su parte, respondió con igual fervor. Sus manos vagaron por el cuerpo contrario, recorriendo su espalda, atrayéndolo, necesitando sentirlo más cerca. Los dos se movían al unísono, como si hubieran hecho esto toda su vida, como si sus cuerpos ya supieran exactamente lo que el otro necesitaba.

Los besos no cesaron. Los labios de Yoongi buscaban los de Jimin como un refugio, mientras sus manos recorrían con más libertad por su cuerpo, reconociendo cada curva, cada textura, con una mezcla de ternura y hambre. Las manos de Jimin se enredaron nuevamente en el cabello del alfa, aferrándose a él, mientras sus piernas firmemente ancladas alrededor de la cintura del alfa, lo mantenían cerca, como si temiera que se alejara.

El calor en la habitación se tornó cada vez más insoportable, pero ninguno de los dos parecía dispuesto a detenerse. Yoongi, sintiendo la humedad de Jimin y su respiración entrecortada, se separó apenas un poco, lo suficiente para observar el rostro del omega con una mirada que reflejaba tanto deseo como vulnerabilidad. A pesar del frenesí que los consumía, Yoongi buscaba algo más: una confirmación. Se levantó levemente, apoyando sus manos a los lados del cuerpo de Jimin, manteniéndose sobre él mientras sus ojos, oscuros y llenos de emoción, se posaban en los del omega.

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora