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괜찮아, 괜찮아, 우리는 아무것도 아니라고 할 수 있지만 진실은 네가 알잖아 ────⋆ ۪ᝰ ۪ 🦋˚⋆────
Con un gruñido de alivio, Juyeon dejó su equipaje en el suelo.
Tres veces las ruedas del carrito de su maleta habían golpeado el costado de su espinilla izquierda en el empinado camino hacia la segunda planta del edificio de ladrillo de dos pisos.
Ya le dolían los hombros y los dedos por el equipaje y estaban sudorosos por los nervios de la mudanza, y ahora que había llegado a su nuevo apartamento, sentía náuseas.
No debería haber comido ese plato de ramen en el desayuno.
Lo primero que llamó la atención de Juyeon cuando entró en la sala de estar con su maleta a cuestas fue un póster desteñido por el sol de la vieja película The Housemaid que ocupaba toda la pared a la derecha, enmarcado por dos puertas de madera oscura y una estantería baja llena hasta el tope. A través de las grandes ventanas polvorientas, la luz del día inundaba somnolienta la habitación, derramándose sobre un sofá desgastado y una mesa de café.
⸺Hola.
Juyeon se estremeció y dejó escapar un grito muy vergonzoso.
Junto a la cocina, a la izquierda, había un tipo con pantalones de chándal y camiseta.
⸺¿Eres el nuevo?⸺La voz del tipo era baja y ronca, como si acabara de levantarse de la cama.
Hace un par de semanas, cuando el propietario, un hombre fornido de mediana edad con un par de gafas del tamaño de un ratón, le mostró la casa, él no conocía a sus dos futuros compañeros de habitación.
Juyeon se quedó mirando fijamente los tatuajes que cubrían el brazo izquierdo del chico, manchas de tinta dibujadas en forma de dragón rodeaban la piel. Con un suspiro de descontento, el chico se pasó los dedos por su cabello oscuro y despeinado y agarró un pote de yogur.
El ruido de la puerta del refrigerador sacó a Juyeon de su aturdimiento y recordó que le habían hecho una pregunta.
En silencio, se aclaró la garganta y se subió un poco las gafas por el puente de la nariz, antes de que las palabras salieran de su boca como una torre de Jenga que se derrumba.⸺Sí. Sí. El chico nuevo. Ese soy yo. Soy el chico nuevo. Lee Juyeon. Encantado de conocerte.⸺Se inclinó apresuradamente.
El chico ni siquiera lo miró.⸺Genial.⸺Abrió un cajón y lo volvió a cerrar, echó un vistazo al fregadero, frunciendo el ceño con irritación, murmurando algo en voz baja que sonaba como «No hay cucharas» antes de darse la vuelta hacia él y preguntar:⸺¿Dónde están las cucharas?
En el pecho de Juyeon, su corazón saltó con un leve pánico porque, ¿cómo se suponía que iba a saberlo?
Antes de que pudiera abrir la boca para explicar que no podía proporcionar información sobre el paradero de los cubiertos en esa casa, el tipo pasó pisando fuerte junto a él y golpeó con el puño una de las puertas.
