Cap. 1

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A: No puedes simplemente callarte de una jodida vez? -Grito enojado el escriba agarrando a su compañero de piso por el hombro y estrellarlo contra una pared -Te crees la gran cosa, te pavoneas con tus miserables logros pero todo lo que diseñas a mi parecer son un asco, todo lo que  creas y dibujas es horrible y patético. No soy un crítico de arte pero más de uno comparte mis pensamientos sobre ti- El peligris tomo la mandíbula ajena con bastante fuerza -Porque simplemente no vas y vende tu tiempo?, ya que siempre te a gustado complacer a los demás, quizás así ganes más para que pagues rápido tu deuda de mierda y dejes de molestarme de una vez por todas- Finalizo saltando al rubio y alejándose un poco, se encontraba agitado pero rápido entro en cuenta de sus filosas palabras que le había lanzado sin zozobra a su mayor. Las lágrimas ajenas no se hicieron esperar, aquellos hermosos ojos rubi se iban apagando de una forma alarmante, rápido se lanzó contra el rubio abrazandolo con fuerza -Kaveh yo, lo siento... lo siento, perdo...- No pudo terminar la frase cuando el contrario con un delicado gesto lo alejo de su lado...

K: No te preocupes, mañana temprano  saldré de tu casa -El rubio le regaló una sonrisa suave y se volteó llendo hasta su habitación, el escriba quedo unos segundos en shock por las palabras de este antes de ir tras el, trato de entrar a la habitación de este pero la puesta estaba cerrada.

A: Kaveh... hablemos por favor...

K: Ali, déjame solo, si? -La voz de este sonó tan suave y rota que el menor tuvo que tragarse el nudo que se había formado en su garganta.

A: KAVEH!! -Grito desesperado tratando de forzar la puerta.

K: NO!, YA BASTA ALHACÉN... QUIERO ESTAR SOLO, ES TAN DIFÍCIL ENTENDERLO?!- El rubio devolvió el grito. Alhacén retrocedió unos pasos gracias a las fuertes feromonas que Kaveh había soltado, muchas veces se le olvidaba que el contrario era un omega dominante, ya que con su personalidad suave y apacible rara vez necesitaba hacerlas aparecer pero ahora sabia que estaba realmente molesto, tanto como para hacerlo ir hacia atrás de esa forma. Lo mejor sería darle su espacio por el momento, un omega enojado podría llegar a ser más peligroso que un Alfa en histeria a tal punto que podría llegar a ser herido de gravedad, el peligris suspiró y se retiró, al día siguiente lo abordaría para volver a disculparse como se debe.

Alhacén se encaminó hasta su cuarto donde se lanzó contra su cama, llevo uno de sus brazos hasta su cara cubriendo sus ojos, lágrimas comenzaron a descender de sus ojos las cuales en verdad no pudo ni quiso evitar que se les escaparan. La había cagado en grande, Kaveh, su sol, era su omega destinado, lo supo cuando vio por primera vez aquellos ojos color sangre, cuando su lobo aúllo feliz por primera vez en su vida, y ahora prácticamente le había dicho que era más útil como prostituta que como el arquitecto reconocido que era.

Ambos sabían que el otro era su otra mitad pero era él, el que hacía a un lado al mayor, era su maldita cabeza que obraba en su contra, mostrándole escenarios desagradables, imágenes con tan poca posibilidad que ocurrieran y aun así se aferraba a esos miedos infundados, ¡POR LOS ARCONTES!, porque a su mente le costaba tanto entender que Kaveh era, es y seria su todo, que estando a su lado como era debido cualquier cosa pasaría a segundo plano, que con un simple abrazo de su chico el estrés del dia desaparecería de inmediato, pero lo hecho, hecho esta y por el momento no podía hacer nada aparte de culparse por ser un idiota, tenía que disculparse de alguna forma, ganarse el perdón del rubio, podría llevarlo a cenar, dejarle en claro sus emociones, abrirse, contar sus preocupaciones y sentimientos para así formalizar de una vez ese baile de tira y afloja que llevaban entre sí, porque de lo único que estaba seguro al cien por ciento era que si perdía a Kaveh, su mundo como tal se derrumbara en ese mismo instante.

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Eran las 4 A.M cuando Mehrak le hizo abrir los ojos, apenas si había dormido un par de horas, sus ojos aún se encontraban rojos, hinchados y le dolían solo con el hecho de parpadear, también sumándose un malestar de cabeza horrible pero aún así se negó en volver a cerrarlos quedándose mirando las extrañas formas que se reflejaban en el techo con la escasa luz que se filtraba por la ventana, su mente de un momento a otro memoró lo ocurrido aquella noche, sus ojos rápidamente se llenaron de lágrimas las cuales trató de ocultar de si mismo llevando sus manos a su rostro, eso era todo... su alfa lo despreciaba, su vida era una mierda, ya no le quedaba nada que llamar de él, pero lo único a lo que no podía renegar era la amistad tan fuerte que tenía con Cyno y Tignari, ellos siempre estaban ahí cuando los necesitaba y viceversa. Soltó un suspiro alargado para poder controlar su llanto, ya no podía hacer nada... aunque al final el menor se había disculpado, sus palabras habían calado muy profundo en su persona, dejando muchas dudas y preguntas  en su mente. Lento se levantó sentándose en su cama, sacudió la cabeza para centrarse de una vez por todas en lo principal, primero debía irse ya de la casa de Alhacén, también tendría que hablar con Dori para ver si podía perdonarle unos meses los pagos aunque con eso los intereses aumentarían, dudaba que la mujer aceptara pero como era de codiciosa quizás no fuera una idea muy estupida si con eso podría sacarle más moras. Se paró de la cama agarrando un morral de su armario y metiendo lo esencial en el, tenía que marchar rápido y ya cuando estuviera más tranquilo vendría por el resto de sus pertenencias.

A los 30 min, ya se encontraba mirando por última vez su cuarto, su lobo interior se removia entre la pena y el no querer marchar pero ya no había vuelta atrás...

K: Mehrak, vamos- Susurro bajito, su fiel compañero de trabajo comenzó a seguirle, sabía que no venía al caso dejar una carta de despedida pero aun así dejo una nota con dos simples palabras "Lo siento y gracias" (MDZS referencias xD). El peligris había hablado y dado su veredicto, él era una molestia y aunque su corazón decía que se detuviera y que esperara a que el sol volviera a salir de entre las montañas, no podía... dolía demasiado y sentía que seria peor si se quedaba. Sus pies lo guiaron hasta la entrada principal donde agarro el pomo de la puerta abriendola de golpe, oscuridad era todo lo que se mostraba delante de él, se armó de valor y salió rápido cerrando la puerta de forma suave sin siquiera voltear una vez su mirada.

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Notas del autor:

Es la primera vez que escribo la verdad, pero tenía esta idea rondando por mucho tiempo en mi cabeza, solo espero que les haya gustado, de nuevo perdón por las faltas de ortografía y si hay algunas partes que no se sienten coherentes uwu.

No se si vaya a ser muy larga la historia de por si, aunque empezó como un Oneshot xD

Por ahora dejaré el primer capítulo arriba y si les interesa seguire subiendo las siguientes partes.

Eso es todo, gracias por leer <3

La luz que casi perdí {Haikaveh}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora