Cap. 4

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Pasaban ya las cinco de la tarde, Kaveh se encontraba en la recepción ocupándose del ingreso de los clientes ya que Lady Sasy tuvo que salir por unos trámites de su tutora, el día marchaba tranquilo o al menos eso quería creer ya que un cliente que había despachado el día anterior se encontraba haciendo un escándalo a las puertas de la casa, cansado, estresado y con su mente hecha un caos se levanto de su asiento dejando su lima de uñas a un lado, se encamino hasta la entrada, no le sorprendía que el tipo quisiera tomar alguna represalia en su contra más cuando literalmente lo había echado a patadas, pero…¿Qué se creía él al querer obligar a uno de los chicos que trabajaban ahí a ser marcado?, ya podría alegar que fuera su destinado, pero aun así no tenía aquel derecho de reclamarlo ni porque fuera alguien de alto grado en Sumeru.

Má Wang siempre garantizo la seguridad de sus empleados y el también haría lo mismo, así que si no entendía por las buenas en ese instante se lo demostraría por las malas. Su nariz se arrugó al llegar a las afueras del local, las feromonas que expedía aquel alfa eran molestas y asquerosas pero aun así no retrocedió, simplemente se plantó frente de él dándole una bofetada para hacerlo callar sin siquiera inmutarse por el gruñido que el tipejo le lanzo por su agresión…

K: A mí no me gruñes, le deje en claro el día de ayer que ya no era bienvenido aquí –Hablo claro cruzando sus brazos-

Tipo: Porquería de omega, conoce tu maldito lugar –Grito el hombre enfadado para así lanzarse contra el rubio tratando de alcanzar su cuello, pero su intento solo quedo en eso, ya que una fuerza extrema lo lanzara hacía atrás haciendo que impactara de lleno contra el suelo. Un gruñido mucho más ronco y profundo hizo erizar el cabello de todos los que se encontraban mirando el encuentro, hasta un delicioso escalofrió recorrió el cuerpo de Kaveh al reconocer a la persona que le estaba haciendo de escudo. El escriba se había posicionado frente a él encorvado hacía delante, los colmillos sobre salían de su boca, hasta sus uñas se habían alargado, se encontraba completamente en posición de ataque y listo para lanzarse contra el contrario.

A: No vuelvas a intentar en poner tus manos sobre mi omega –Rugió enojado mientras el tipo se levantaba a duras penas y mucho más enojado que antes-

Tipo: ¿Tu omega? Como puedes tener de omega a alguien que le abre las piernas a todo el mundo, no me hagas reír… por favor… -En ese instante el peligris vio rojo, iba a matarlo, lo haría… cortaría aquella lengua con sus propios dedos más no contó que el rubio al ver sus intenciones  se acercara tomando su muñeca negando con su cabeza-

K: No lo hagas, no ensucies tus manos con tan poca cosa, por favor Ali –Le miro de forma suave, Alhacén al instante se relajo volteándose hacía su luz, la voz de Kaveh era mágica, solo con unas cuantas palabras lograba apaciguar su enojo, despacio se acerco un poco más pasando sus brazos por la estrecha cintura del rubio para terminar escondiendo su rostro en el cuello de este-

A: Kaveh… -Susurro bajito aspirando el suave y reconfortante aroma –Mi omega… mi Sol –Siguió hablándole en suaves elegíos sin siquiera intentar moverse de su sitio-

K: Arriba, cuarto piso, primera puerta a la izquierda… ¿Espérame ahí sí? Termino con este asunto e iré contigo… -Noto como el contrario negó con su cabeza dejando en claro que no lo soltaría, el rubio resignado soltó un suspiro dirigiendo su mirada al alborotador – ¿Ya puede irse? No tiene nada que hacer aquí y tampoco es ahora bienvenido y si en este momento intenta hacer algo más esta vez no detendré a que mi Alfa actúe contra usted –Sentenció sin apartar sus ojos demostrando que no se sentía intimidado y de paso disfrutando del ronroneo que el peligris dejo escapar.
El hombre resoplo y termino marchándose aun así declarando que pronto saldarían cuentas. Kaveh soltó un suspiro mirando al escriba que aun lo tenía abrazado, con cuidado puso sus manos sobre los hombros ajenos apartándolo sin tratar de perturbarlo mucho –No creas que porque me abraces y digas cosas lindas voy a olvidar todo lo que me dijiste, tenemos una conversación pendiente, así que ahora mismo, sube las escaleras y espérame donde te he dicho-

La luz que casi perdí {Haikaveh}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora