Capítulo 12 "La imponente verdad"

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Un gran edificio que oscilaba entre lo futurista y antiguo se impuso frente a ellos, enormes y robustas columnas cuadradas brotaban del suelo y se erguían con fuerza hasta lo más alto de la estructura. En el primer piso destacaba un brillante y oscuro piso demarcado por cuadriculas de color dorado de distintos tamaños, en este lugar el ambiente se sentía extremadamente tranquilo, donde todos los humanoides hablaban suavemente y caminaban usando unos curiosos zapatos de color marrón que no emitían ningún tipo de sonido cuando atravesaban el pasillo. Estos también estaban vestidos con elegantes túnicas del mismo color de sus zapatos que cubrían todo su cuerpo, dotadas de grandes capotas y unas largas mangas que casi se arrastraban en el suelo, estas mismas eran sostenidas por unos blancos vendajes que rodeaban los brazos de estos sujetos desde la muñeca hasta el antebrazo y también portaban unos gruesos cinturones negros en los cuales había bastantes herramientas extrañas de color dorado brillante, pero lo que más destacaba de cada uno, era una esfera poco más grande que una pelota de baseball la cual levitaba cerca del hombro derecho de cada uno de los monjes.

- ¿Que son esas cosas que levitan sobre ellos? – pregunto con curiosidad Tyr.
- Son el planeta que cada uno este encargado de estudiar, es algo fascinante – respondió Luk con emoción.
- ¿Qué hacen aquí? -  pregunto Lail.
- Este es el centro astronómico más grande de todo el universo, el planeta T-RACK, todos aquí se dedican a lo mismo, como por instinto natural son atraídos por el inmenso espacio universal y se dedican desde muy pequeños a hacerlo – respondió Luk observando la inmensidad del enorme edificio que, en la parte curva del techo, estaba cubierto de grandes telescopios.
- Mi pequeña Jade… no pensé que te vería tan pronto… - dijo una anciana voz débil, haciendo que Jade se estremeciera y volteara su mirada.
- ¿Como? – dijo Tyr mirando hacia atrás.
- Te conocen por aquí… - susurro Luk con delicadeza.
- Esa voz la conozco a la perfección… - dijo Jade mirando a los débiles ojos de un anciano monje, encorvado y destacaba por ser el único que tenía una túnica totalmente negra, esta estaba cubierta de pequeños puntos blancos que brillaban levemente en la parte inferior, no portaba en su cinturón más que un grande libro muy familiar para el grupo de jóvenes y se sostenía con su mano derecha usando un robusto bastón de algo similar a la madera, el cual era atravesado por cristales de todos los colores sobresaliendo de su interior como si fuese un hongo invasivo.
- Si mi pequeña, conoces mi voz, pero no pensé que te vería en tan poco tiempo, sabía perfectamente que nos encontraríamos en algún momento, eso lo vi en uno de mis cristales – dijo aquel anciano con una leve sonrisa.
- ¿de dónde lo conoces? – pregunto Lail con intriga – se supone que es la primera vez que nosotros a excepción de Luk visitamos este lugar –
- Es un poco complejo… – titubeo Jade.
- ¿Cómo puede ser complejo? ¿conoces a un anciano de otro planeta? Tiene que haber una respuesta – regaño Tyr.
- La hay joven Thiryon – exclamo el anciano observando a Tyr con atención.
- Bueno… cuando estuvimos separados tuve algo similar a un alejamiento espiritual, lo llamaré de esa forma para no extender esto – dijo Jade con un suspiro – en esos alejamientos, aprendí bastantes cosas sobre mí y ustedes tres, y él, hablo conmigo, solo su voz es familiar, su apariencia es totalmente nueva para mi – explicó.
- ¿sobre nosotros? – pregunto Luk con interés.
- Así es Lukas, aunque estuviste aquí hace poco, se mas sobre ti de lo que puedes creer –
- Eso sonó muy perturbador – comento Lail.
- No de esa forma señorita Lail, conozco sus habilidades y alcances, sus antecesores y hasta lo que pueden lograr sin usar sus habilidades – explico el anciano de cejas negras y muy largas.
- Wow, empezamos muy bien – dijo Tyr con interés.
- Aquí no se los explicare, estamos muy al aire libre, tienen que estar más cómodos, vamos adentro, el último piso es mi centro de investigación – indicó el monje.
- Okey vamos a conocer este lugar por dentro – dijo Jade con emoción.

Este anciano era muy diferente a los demás, vestía distinto y su aire era muy amable y sabio, desde el momento en que entro a la gran instalación, todos los demás monjes lo evitaban y le daban más espacio del que era necesario. Todos observaban con atención a los chicos que caminaban pacientemente detrás del anciano y murmuraban en silencio sin apartar la mirada de los nuevos visitantes. Para subir hasta el último piso, se presentó ante ellos un gran ascensor en la mitad del edificio, sus paredes eran de cristal y levitaba perfectamente.

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