Cuando la directora termino el discurso todos aplaudimos y después nos dieron nuestros horarios y enviaron los formularios online para elegir las extracurricurriales.
Salí de aquella sala envuelta en una nube de presión e incertidumbre, por una parte no tenía claro si tenía "lo necesario" esa disciplina de la que había hablado la directora y por otra incertidumbre ya que estaba lejos de casa, sola, ante lo desconocido ¡En una escuela en otro continente!
Decidí dejar de auto compadecerme y enfrentar lo desconocido. Cuanto antes asumiera que mi vida había tomado ese inesperado giro antes podría afrontar ese reto con éxito.
Me volví al apartamento pero al entrar esta vez los encontré a todos allí. Kevin, Andrés, Toni y David jugaban a videojuegos mientras Cata, Diego, Sonia y Diana estaba sentados en el comedor hablando sobre una fiesta a la que acudirían esa noche.
Miré el ambiente, parecían majos y amables pero no me apetecía hablar con ellos, ahora lo único que quería era estar sola y aclarar mis ideas. Así que simplemente... pase de largo. Me di una chucha rápida y me cambie de ropa busque una chaqueta por si luego tenia frio y salí otra vez.
Caminé por calles desconocidas, me mezclé con la gente e intente hacer a un lado la injusticia de que mis padres me hubieran "abandonado" en aquella ciudad y disfrutar de ella como dice el dicho <<Si la vida te da limones, haz limonada>>. Un rato después me di cuenta de que ya era tarde y lo mejor seria volver al campus. Miré a mi alrededor para descubrir que me encontraba en una calle que no me sonaba de nada y que estaba bastante abarrotada de gente. En ese momento pensé " Google Maps" y en efecto la idea era buena, el único problema era que el navegador no podía ayudarme porque al meter la mano en el bolsillo trasero de mis vaqueros descubrí que ¡me había olvido el móvil en mi habitación!
"Piensa, piensa Esther" me dije para evitar entrar en pánico. Tras mirar atentamente la calle y elegí ir a la derecha y cruzar la calle ya que además el semáforo estaba en verde. Quizá fue una de las peores elecciones de mi vida porque a mitad crucé un motorista que salió de la nada y a una velocidad de vértigo me paso justo delante, un centímetro más y ahora no podría contároslo.
-¡Gilipollas, mira por donde vas o ¿es que quieres matar a alguien?!-grité enfadada.
El motorista se detuvo a unos centímetros ¿me había oído? para mi sorpresa, si ¿se iba a disculpar o algo así? por desgracia no. Simplemente giró la cara, levantó la pantalla del casco y en su mirada percibí...¿burla? y en efecto fue eso porque me sacó el dedo, se bajo la pantalla y arrancó a toda velocidad ¡Estaba claro que ese tipo era un idiota!
Continúe con mi camino porque quejarme no llevaría a ninguna parte. Pasaron horas y yo seguía perdida en ese laberinto de calles poco después empecé a oír ruidos y es cuando me di cuenta de que me había metido en un callejón y estaba sola mientras notaba pasos, voces entremezcladas y algunos ruidos. Me detuve lo mejor seria que me mantuviera callada y retrocediera pero antes de poder huir mi pie golpeo una botella de cerveza en el suelo. Había hecho ruido así que decidí que lo mejor era correr pero alguien me agarro del brazo.
-Shhh...no hagas ruido-chisto la persona que me tenía sujeta.
Era un chico, lo adiviné por su tono de voz y sentí curiosidad por como era por lo que voltee lentamente para sigilosamente verle la cara y noté que era el mismo motorista de antes.
Intente zafarme de su agarre pero no pude porque me sujetaba de manera agresiva.
-Dime ¿qué está pasando? -dije en susurros.
-Si te mantienes callada hasta que los los ruidos cesen... te ayudaré a volver a donde sea que hayas venido.
-¿Quién te ha dicho que estoy perdida?- dije en un intento de mostrarme orgullosa.
-Se te nota muchísimo. Además no pareces la típica chica que se mete en callejones a estas horas.
Un roto después los ruidos cesaron y el chico me cogió del brazo y a toda velocidad me sacó a rastras del callejón y caminamos hasta su moto. Subí sin rechistar, la verdad era que era la única persona que se había ofrecido a llevarme y no me apetecía rechazar la parecía ir a ser mi única oportunidad de volver a la residencia.
-¿Porqué no arrancas?-le pregunté una vez que me había abrochado el casco que me tendía y me había sentado tras el.
-Quizá porque no me has dado una dirección a la que llevarte...
-¿Sabes donde queda el campus del KIISS?
-¿Te refieres a la Escuela Coreana Independiente de Seúl?- me pregunto sorprendido. Supongo que no se esperaría que una chica tan simple como yo fuera un colegio tan de conocido.
-¿Lo conoces? ¿Estudias ahí?-pregunte curiosa quizá así podría saber algo más sobre ese misterioso chico que me estaba ayudando.
-Todo el mundo en Seúl conoce ese colegio y deja de hacer tantas preguntas al final me voy a arrepentir de ayudarte.
-Como si lo estuvieras haciendo gratis seguro que luego me pedirás algo a cambio, aunque sea lo que sea te voy a dejar claro que no puede ser dinero porque no llevo nada encima.
-No te preocupes no te voy a pedir nada. Tampoco es que tengas algo que me interese- pero a los pocos segundos cambio de opinión. -Bueno si...hay algo que quiero de ti. Tu silencio. Nunca le dirás a nadie nada sobre lo del callejón.
-Como si alguien me fuera a preguntar...-conteste a modo de burla.
-Hablo en serio- dijo poniéndose serio.
-Vale trato hecho.
Me agarré a él y estuvimos un rato recorriendo las iluminadas calles de Seúl a velocidad de vértigo y no se porque no me sentía aterrada por la velocidad sino todo lo contrario sentía adrenalina correr por mis venas, era un sentimiento de libertad. Cerré los ojos, me aferre al desconocido y disfruté del viento frío.
No me di cuenta de que habíamos llegado hasta que el estacionaba la moto y al abrir los ojos descubrí que no estábamos en el campus sino... ¡en una fiesta!
----------------------------------------------------------------------------------------
Hola a todos, he vuelto con el tercer capitulo de instituto zodiacal os invito como siempre a comentar y votar.
Puede que próximamente empiece a publicar otro libro pero de momento solo será eso un puede que tal vez llegué a ser algo
Os amo mis estrellitas.
YOU ARE READING
Instituto Zodiacal
RandomUna adolescente que se acaba de mudar a un campus en Seúl. Un instituto dividido en bandas. Una serie de desafotunados incidente harán que Esther sea enviada a estudiar en el KIISS, un instituto de Seúl que parece perfecto pero que esconde un secret...