🐾VIII

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Preparar la comida para el pícnic fue muy divertido, especialmente para Jimin, ver como Jungkook conversaba alegremente con su abuela, como preparaba cada platillo con una sonrisa, estaba siendo letal para el pobre corazón de Jimin. Podía sentir a su corazón revolotear en su estómago, pasando una corriente por su espada.

Cuando su abuela salió en busca de su sombrero, Jimin observó a Jungkook guardar las cosas que llevarían. Estaba tan concentrado, y olía tan bien.

—¿Puedes darme uno?

—Todos los que quieras —Jungkook besó la mejilla del rubio.

—Estas muy cariñoso hoy —Sonrió comiendo uno de los pastelillos.

Jungkook sostuvo la cintura de Jimin.

—De verdad, de verdad no sabes cuánto te extrañé —juntó sus frentes, repartiendo breves besos por todo su rostro.

El momento en que la risa de Jimin se apoderó del lugar fue rápido.

—Basta, la abuela podría regresar.

Jungkook besó a Jimin.

—No sabes cómo me siento ahora —Apretó el trasero del rubio, acercándolo a su cadera.

—No es necesario que lo digas, lo puedo sentir —Jimin rio tratando de alejarse, sintiendo breves besos en su cuello. —Basta, mi abuela puede venir —Jungkook gruñó y frotó su rostro en su cuello. Era como si lo estuvieran perfumando.

Un momento ¡Jungkook lo estaba perfumando! Miró alarmado como Jungkook hundía su cara en su cuello.

—¡Ay! No me muerdas. No, espera —Jimin detuvo la mano de Jungkook que tenía la intención de entrar en su pantalón— Jungkook, de verdad mi abuela ¡Argh! Tu —las piernas de Jimin se sentían débiles—, ¡cómo puedes meter un dedo como si nada!

—Será mejor que yo me ocupe de guardar lo demás.

Jimin empujó a Jungkook tan fuerte que terminó golpeando su cadera con la encimera, aclarando su mente.

—Lo siento —Jungkook se sorprendió al observar cómo Jimin arreglaba su ropa y como la abuela los miraba. —Lo siento, yo no... no sé qué me pasó, yo...

—Tranquilo cachorro —dijo la abuela sonriendo. —Y tu inmoral —señaló a Jimin—, deberías cambiarte.

Jimin asintió avergonzado y salió de la vista de Jungkook.

—Señora yo...

—Dime abuela, después de todo eres el alfa de mi Jimin —continuó guardando la comida. —Eres un cachorro muy enérgico, ten bebe esto, ayudará a calmar a tu lobo.

—Gracias.

—Me alegra que estes con él, y siéntete orgulloso porque crear un lazo tan rápido es poco común.

—Abuela, yo no quiero lastimar a Jimin.

—Me recuerdas tanto a él.

—¿Disculpe?

—Puedes ver que mi casa está lejos de la manada, nunca fui apegada a ella —empezó, sentándose en una silla cerca de la entrada con la cesta de comida en sus piernas, observando como Jungkook la seguía—, no siempre fue así, cuando era un cachorro mis padres me enseñaron lo que se supone debe ser un omega, me esforzaba tanto en ser la mejor. Hasta que llegó él —sonrió con cariño a Jungkook—. Un omega de otra manada, parecía tan frágil, pero era un doctor. Me encantó ver a un omega con un papel tan sobresaliente y distinto a lo que me habían enseñado. Él se convirtió en mi inspiración, y su alfa también era distinto, un amable militar. Y tú me recuerdas tanto a él —acarició la mejilla del pelinegro. —Ellos se convirtieron en mis hijos desde el momento en que su madre murió, yo los protegería de todo antes de que la estúpida manada infectara sus mentes, fue una lástima que llegara tarde para mi pequeño —sonrió limpiando algunas lágrimas que brotaron de sus ojos. —Prométeme que cuidarás de él.

¿Omega? |🐾Kookmin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora