Jardín.

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Hoy sabía que vendrías, lo presentía. Tu perfume se sentía en la lejanía del hogar... Y lo confirmé cuando escuché tu caminar.

La elegancia y gracia con la que tus tacos resonaban en el suelo era algo sinigual. Los adoraba, por eso los extrañé cuando dejaste de entrar...

Juanito movía la cola, vos te agachabas para saludar. Esos actos me hacían sentir... El corazón palpitar, y eso aumentaba más cuando te tocaba saludarme a mí.

"Vamos al jardín" Me dijiste, yo no me pude negar, claro, el día estaba soleado y había un viento fresco que hacía mover tu pelo. Era tan largo y suave, tan negro y brillante... Eso sumando a que el sol dejaba admirar esos bellos ojos ámbar, una sonrisa radiante y piel de porcelana, pareciese que fuera a quebrarse.

Una rosa en otoño. - Poemario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora