⚜️~UNION DE REINOS~⚜️ ((Shadowpeach))

☀️_𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 2_☀️

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Después de la ceremonia de compromiso, la tensión en el aire era palpable. Aunque Sun Wukong y Six-Ears Macaque habían intercambiado pocas palabras, sus diferencias eran evidentes para todos los presentes. Sin embargo, los reyes del Sol, preocupados por el éxito de la futura unión, propusieron una solución que causó una oleada de murmullos en la sala: Macaque viviría unas semanas en el Palacio del Sol antes de la boda, para que ambos príncipes pudieran conocerse mejor.

—Es una medida necesaria —dijo el Rey del Sol con una voz solemne—. Aunque el compromiso ya está acordado, es crucial que ambos herederos pasen tiempo juntos y se familiaricen antes de la ceremonia final. No queremos solo una alianza política, sino una verdadera comprensión entre ustedes dos.

Sun Wukong frunció el ceño ante la propuesta. La idea de tener a Macaque en su hogar lo incomodaba, pero no había forma de evitarlo sin parecer rebelde, una vez más.

—Como desees, padre —respondió Wukong con un tono resignado, aunque claramente no estaba entusiasmado.

Macaque, por su parte, aceptó la propuesta con la misma calma que siempre mostraba.

—Estoy de acuerdo —dijo con una ligera inclinación de cabeza—. Será un honor aprender más sobre el Reino del Sol y, por supuesto, sobre el príncipe Wukong.

Wukong notó el tono cortés de Macaque y se preguntó si detrás de esa máscara de serenidad, el príncipe lunar ocultaba alguna emoción más profunda.

El viaje al Reino del Sol fue rápido. Los carruajes decorados con los colores plateados y dorados recorrieron los caminos entre montañas y valles, hasta que finalmente llegaron al imponente palacio. El edificio se alzaba majestuoso, bañado por la luz del sol que siempre parecía más brillante en ese lugar.

—Bienvenido al Reino del Sol —dijo Wukong cuando ambos descendieron del carruaje, su tono cortante pero educado.

Macaque asintió, tomando un momento para observar su entorno. La energía del Reino del Sol era completamente diferente a la de su hogar. Mientras que la Luna tenía un aire tranquilo y misterioso, el Sol parecía vibrar con vida y movimiento. Las llamas danzaban en las antorchas, y el calor del ambiente contrastaba con la frescura que siempre envolvía su reino.

—Es... distinto a lo que estoy acostumbrado —murmuró Macaque, su tono neutro, pero con una pizca de curiosidad.

Wukong lo miró de reojo, tratando de no mostrarse demasiado interesado en la opinión de su futuro esposo.

—Sí, lo es. Aquí siempre hay luz, siempre hay movimiento. ¿Eso te incomoda?

—No —respondió Macaque rápidamente—. Solo es diferente. Supongo que me adaptaré.

Yue, que había estado observando la interacción, decidió intervenir antes de que el silencio incómodo entre ambos príncipes creciera.

—Macaque, me encantaría mostrarte los jardines —dijo con una sonrisa—. Son mi lugar favorito del palacio, especialmente al amanecer. Wukong, ¿por qué no nos acompañas?

Wukong miró a su hermana, sabiendo que ella estaba intentando suavizar la situación. Con un suspiro, accedió.

—Está bien. Supongo que podría hacer de guía —dijo, aunque en su voz no había demasiado entusiasmo.

Los tres caminaron por los pasillos del palacio, hasta llegar a los vastos jardines llenos de flores exóticas y fuentes que brillaban bajo el sol.

—Es impresionante —comentó Macaque, sus ojos recorriendo el paisaje—. Hay algo de serenidad aquí, a pesar de la luz constante.