⚜️~UNION DE REINOS~⚜️ ((Shadowpeach))

🌙 𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 3 🌙

🌙-_𝒫𝑜𝓇 𝓆𝓊𝑒 𝓉𝒾𝑒𝓃𝑒𝓃 𝓆𝓊𝑒 𝒹𝑒𝒸𝒾𝒹𝒾𝓇 𝓅𝑜𝓇 𝓂𝒾_-🌙

Los días en el Reino de la Luna eran interminables. Macaque pasaba horas y horas en lecciones con sus nuevos tutores, que lo corregían constantemente. Cualquier mínima desviación de lo que se consideraba "perfecto" era rápidamente reprendida. A veces, pasaba tanto tiempo sentado y siendo corregido que sentía que no le quedaba aire para respirar.

Las noches eran su único consuelo. Aunque su padre lo vigilaba de cerca, nadie podía controlar sus pensamientos. En la oscuridad de su habitación, Macaque se permitía recordar los días en el Reino del Sol. Recordaba las risas de Wukong, su sonrisa juguetona, y la forma en que lo había defendido frente a su padre. Esos recuerdos lo mantenían cuerdo, aunque cada día que pasaba sentía que la distancia entre él y Wukong crecía más y más.

Mientras tanto, en el Reino del Sol, Wukong no podía dejar de pensar en Macaque. Su partida abrupta había dejado un vacío en él, uno que no sabía cómo llenar. Solía escaparse de sus obligaciones para sentarse en lo alto de las montañas, mirando hacia el horizonte, esperando ver alguna señal del Reino de la Luna, aunque sabía que era inútil.

Finalmente, los reyes del Sol decidieron que era momento de que Wukong pasara tiempo en el Reino de la Luna, tal como Macaque había hecho en su reino. Cuando le informaron de la noticia, Wukong se llenó de una mezcla de emociones: emoción por volver a ver a Macaque, pero también una sensación de inquietud. Sabía que las cosas en el Reino de la Luna serían diferentes a lo que él estaba acostumbrado.

Antes de partir, Yue lo acompañó en su preparación. Se sentó junto a él mientras observaba su espada, una de las pocas cosas que siempre llevaba consigo.

-Hermano -comenzó Yue, mirándolo con preocupación-, debes tener cuidado en el Reino de la Luna. No es como aquí. Todo es más... rígido.

Wukong sonrió de lado, pero su sonrisa no alcanzaba sus ojos.

-Lo sé, Yue. Pero no me importa cómo sean las cosas allá. Voy a ver a Macaque, y eso es lo único que me importa.

Yue suspiró, sabiendo que su hermano no cambiaría de opinión.

-Solo recuerda que él está bajo mucha presión -dijo suavemente-. Su padre... lo controla todo. Si ves que Macaque no es el mismo de antes, no lo tomes como algo personal.

Wukong la miró, notando la seriedad en su voz.

-¿Qué quieres decir? -preguntó, sintiendo una ligera punzada de preocupación.

-Solo quiero que lo entiendas, Wukong. El Reino de la Luna es un lugar donde los sentimientos no importan tanto como el deber. No será fácil, pero confío en que encontrarás la manera de ayudarlo.

El día que Wukong llegó al Reino de la Luna, fue recibido con toda la pompa y ceremonia que se esperaba. El palacio de la Luna era imponente, todo de mármol blanco y reflejando la luz plateada que emanaba del cielo nocturno. Pero para Wukong, todo parecía frío y sin vida en comparación con su hogar.

El Rey de la Luna lo recibió en el salón principal, su mirada altiva y distante como siempre.

-Bienvenido, príncipe Wukong -dijo con una inclinación de cabeza-. Espero que tu estancia aquí sea... educativa.

Wukong mantuvo su compostura, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto, aunque por dentro sentía el deseo de responder con sarcasmo. En lugar de eso, dijo con calma:

-Espero lo mismo, su majestad.

El Rey de la Luna, satisfecho con la respuesta, lo guió hacia sus aposentos. Sin embargo, lo que más esperaba Wukong era ver a Macaque. Finalmente, cuando los sirvientes lo dejaron solo, decidió buscarlo por su cuenta.