Capítulo 3: Un trato

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—Así que te rechazó. —Lucas comenzó a carcajearse como loco. Lo miré sin ningún ápice de humor. Andrea masajeó mis hombros con el fin de que no le arrancara la lengua a su hermano.

—No  es divertido.

—Para mí lo es.

—Me odia.

—Eso si quien sabe. —Miré a Andrea. Ella decidió no mirarme a los ojos. 

Bien, mis amigos no servían para darme apoyo moral, eso era evidente. Sin embargo, ni Jack Smith ni nadie más podía rechazarme de aquella forma. Tenía que encontrar alguna manera para que aceptara ser parte del programa. Luego de clases decidí buscarlo. No me sorprendió  verlo en la salida de la escuela con sus amigos. Los cinco parecían divertidos con su conversación y mientras yo llamaba a Jack por su nombre, este me ignoró. Hasta que finalmente, Jesse Connor me miró.

—Chicos, tenemos compañía. —Por fin cinco pares de ojos me miraron fijamente. Me quedé helada por un momento. En mi vida me había enfrentado a cinco chicos populares yo sola. 

—Profe, ¿qué sucede?— Todos miraron a Jack. 

—¿Ella es tu profesora? —El pelirrojo, que si no estaba mal era Isaac Brown, me miró con curiosidad. 

 —Nunca imaginé que fuera tan bajita. —Theo Sposti colocó su mano sobre mi cabeza. No podía creer que todos fueran tan altos. Apenas si le llegaba al pecho al idiota de Theo. 

—Nunca imaginé que fueran bestialmente altos. —Creí que se ofenderían, pero los cinco terminaron estallando en carcajadas. Me sonrojé. ¿Qué diablos hacía yo ahí metida?

—Ya deja de molestar. —Jack empujó a Theo y me colocó detrás de él de forma protectora. 

—Ouh, Jack tiene novia. —El muchacho les sacó el dedo del medio y asentí. Merecido se lo tenían. 

—Vamos. —Dijo finalmente tomando mi muñeca para alejarme de sus amigos. Entramos a un salón vacío y el se sentó sobre el escritorio de un profesor. Yo me quedé parada frente a él. —¿Qué sucede?

—Necesito que seas el profesor de matemáticas. 

—No te das por vencida, ¿eh?

—Jamás.

—Pues no lo haré. Es mucha responsabilidad. —Apoyó sus manos sobre el escritorio. Se veía muy relajado para mi gusto.

—¿Qué quieres?

—Me darás lo que quiera con tal de ser tutor. ¿No crees que es demasiado?

—Sabes que esto es un proyecto importante para mí. Haré lo que sea. —Suspiró. Se quedó pensativo por unos segundos. 

—¿Alguna vez has ido al arcade, chica fresa? Quiero decir, ¿en algún momento levantas la nariz de tus libros? —Si intentaba ofenderme, no lo estaba logrando

—Lo hice de pequeña. —Admití. 

—Bien, hagamos un trato. —Se levantó del escritorio dando un brinco. —Si ganas cuatro de siete juegos del arcade seré el tutor que necesitas. —Lo miré con los ojos entrecerrados. No era una mala idea. Mis hermanos mayores solían jugar conmigo ese tipo de juegos, no eran del arcade, pero había parecidos en otros sitios, así que asentí. 

—Bien, es un trato. —Estrechamos las manos y salimos de ahí. Jack Smith no sabía lo que le esperaba. 

¡Muy bien, profesora! [Círculo 5 #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora