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¿Eso es lo que llevarás puesto? te preguntó Chad, tu compañero de trabajo convertido en mejor amigo, cuando saliste de tu habitación.

¿Es malo? Miraste tu atuendo. De alguna manera, decidiste que un atuendo a cuadros era una buena idea.

¿En qué estabas pensando?

¿Es malo? se burló y repitió tus palabras en tono de burla. Te preguntaste brevemente por qué mantuviste a Chad como amigo.

—Chad, te juro que o me ayudas o te vas —estresaste.

Vale, no necesitabas su ayuda para decírtelo, tu atuendo era horrible. Era bastante malo.

—En serio me necesitas —Chad se señaló a sí mismo—. Para decirte —Te señaló a ti—. ¿Que pareces un mantel? La última vez que lo comprobé, te invitaron como cita con tus novias ricas y atractivas. No para ser parte de la decoración.

Tiene razón. Parecías un mantel. Te tumbarías en una de las muchas mesas del castillo Dimitrescu mientras tus amantes te cenan. Espera, deja de tener pensamientos sucios. Ahora no.

Enfócate.

Necesitabas desesperadamente algo que ponerte para esa gran fiesta o celebración, como insistió Daniela. Pensaste que había sido una exageración de tu novia, que suele ser hiperactiva, cuando dijo que sería el evento más importante de este año.

No,

No fue así. Daniela te lo demostró una noche en la que estabas pasando el rato a solas en su habitación. Abrió su portátil y te mostró fotos del evento del año pasado. Imágenes digitales de su familia, su abuela, su tía y sus tíos, a quienes aún no conoces.

Daniela señaló diligentemente a los miembros de su familia y dio una breve introducción de lo que hacen. Escuchaste el curso intensivo de Daniela sobre su familia e hiciste lo mejor que pudiste para recordar todo lo que había dicho.

Aunque, en el momento en que Daniela mostró fotos de ella y sus hermanas, tu cerebro se frió. Las fotos de tus novias con sus vestidos despampanantes, te hicieron olvidar por un momento el lujoso escenario de fondo y la fila de celebridades que las rodeaban.

.

.

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—La mayor de los hermanos es mi madre, luego está el tío Karl —Daniela señaló a un hombre de barba y pelo canoso—. Es dueño de una empresa de automóviles y yo soy su favorita —sonrió ante el vértigo de Daniela—. ¡Tienes que conocerlo en la fiesta! Estoy segura de que te amará.

—Me encantaría conocerlo, Dani. —Daniela te dejó un rápido beso en los labios antes de continuar.

—Bueno, ahora le toca al tío Sal. —Junto a Karl estaba el hombre al que Daniela se refería como Sal, parecía más joven y sonreía amablemente a la cámara—. Tiene muchos barcos y se gana la vida dirigiendo mercados de pesca, pero también caza como pasatiempo. A Cassie le gusta ir con él.

Los dedos de Daniela se movieron hacia una rubia alta que estaba en el centro. Parecía tener la misma edad que Alcina, pero de alguna manera eso no le parecía correcto. El tío Sal es un gran niño de mamá, si no está trabajando o cazando, siempre está con la abuela Miranda.

—Espera, ¿esta es tu abuela? —señalas con el dedo al lado de Daniela y ella asiente. Te quedas perpleja. Los años deben haber sido muy generosos con esta mujer porque no parecía envejecida en absoluto—. Es... parece de la edad de tu madre.

Mezcla de tres vías || Hijas Dimitrescu x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora