Capitulo 1. Comienzos

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—Vamos levántate holgazán— Dijo mi madre mientras daba fuertes golpes a la puerta —Hoy es el primer día de tu último año en la escuela, es un día especial y nostálgico para mí, así que levántate de esa cama y ponte guapo para el instituto—

Cuando mi madre se alejó de la puerta, hubo un momento de hermoso silencio que casi me hace volver a dormirme, me levante con pereza de mi cómoda cama, puse los pies en el suelo estaba tan frío que se me erizaron los vellos de todo el cuerpo, camine lentamente hacia el baño como si fuera un zombie, encendí la luz al abrir la puerta y evaluémi reflejo en el espejo siempre me he preguntado porque tengo labios tan gruesos, pero al menos hacen juego con el resto de mi rostro, me quede observando detalladamente mi barba, había ido al peluquero el día anterior y de verdad había hecho un buen trabajo, fue una buena idea dejarme crecer la barba para perder el baby face.

Lave mis dientes, me desvestí y entre a la ducha, deje que el agua caliente relajara mis músculos tensos ya que el vapor siempre me ha relajado, me di cuenta que tenía demasiado tiempo en la ducha al ver mis dedos como pasas, con mucho pesar me dispuse a salir de la bañera, coloque la toalla alrededor de mi cintura y camine hacia la puerta aun con unas cuantas gotas de agua bajando por mi dorso, me acerque al espejo que estaba algo empañado por el vapor y tome una pequeña toalla que colgaba a su lado, limpie el cristal para poder peinarme, pero vi que mis ojos habían pasado de un marrón intenso ser de color plateado —!Qué demonios! — grite asustado, pestañee y al mirar de nuevo mi reflejo nada se veía fuera de lugar, quizás es que aún tengo demasiado sueño y por eso veo cosas donde no las hay —Debo estar loco— reí.

Salí del baño, me seque y deje la toalla sobre la cama, me puse mis bóxers, abrí mi extenso armario que vale decir que es la parte favorita de mi habitación, saque la ropa que elegí para el primer día de clases y la puse sobre la cama, constaba de una suera a rayas negras y rojas cuello en V, un pantalón blanco ajustado, un bennie a rayas blancas y rojas y unos converse negros, me encantaba la forma en que los colores hacían contraste los unos con los otros.

Luego de colocarme la ropa me fascino el resultado no tengo un cuerpo musculoso, pero es esbelto y muy agradable a la vista, no soy vanidoso, pero adoro decirle a mi reflejo lo hermoso que es. Baje las escaleras y mi familia me esperaba para desayunar siempre diré que son lo mejor que la vida me regalo, localice a mi hermana que a pesar de ser un año menor vamos en el mismo salón, en la escuela decidieron adelantarle un curso por ser una sabelotodo aunque para mí eso fue maravilloso porque siempre hemos sido muy unidos y eso nos unió aún más.

Al verla bien note que se había vestido muy bien —Maya estas preciosa— dije dándole un beso en la mejilla

—Gracias hermanote, tú también estas guapísimo— Nuestros padres sacaron su cámara y nos tomaron la primera foto de nuestro último año de clases, la mirada de orgullo era notable en los ojos de mi padre y las lágrimas amenazaban con salir de los ojos de mi madre, me acerque a ella, la abrace con fuerza y me correspondió el abrazo

—Mis pequeños, parece que fue ayer cuando los prepare para su primer día de escuela en el kínder, y miren hoy comienzan su último año—

Mi padre la abrazo por la cintura —Ya nuestros pequeños dejaron de ser tan pequeños— nos dedicó una brillante sonrisa —Ahora desayunemos que se les hará tarde—

El desayuno fue muy divertido, recordando, riendo y obviamente disfrutando la comida, mi madre hizo panqueques con mermelada, tostadas, huevos con tocino y jugo de naranja, sufre de cocinar como si fuéramos un batallón, al terminar subí a mi alcoba, me puse perfume, tome mi móvil, las llaves de mi auto y mi chaqueta habitual para las frías mañanas de Londres.

Subí al coche, espere que Maya entrara y salimos rumbo al instituto, en 15 minutos ya estábamos entrando en el estacionamiento del prestigioso Aston School of Arts, me moría por ver a mis amigos y abrazarlos bien fuerte, bajamos del auto y de inmediato sentí como unos brazos fuertes me levantaban del piso y me daban vueltas por el aire

Mi Vida Sobrenatural Llega La MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora