Capitulo 2

636 56 1
                                    

Antes de partir al viaje

—Esta cerca del desierto de sumeru? Tal vez pasemos y nos encontraremos a Wanderer. Hace un tiempo que no lo veo. —dijo ren mientras ponía una mano en su mentón pensativa.

—Jajaja, tal vez si. —dijo Aether haciendo el plato de Tofú de Almendras.

La Albina se quedó viendo como preparaba aquel platillo que amaba su compañero adeptus.

—Y a mi nadie me trae mis duraznos... —dijo Ren mientras fingía tristeza.

Pero si expresión cambio a una de felicidad cuando Aether le extendió un durazno grande y jugoso.

—Gracias Viajero.

Ren comenzó a comer su durazno, disfrutaba como sus colmillos se encajaban suavemente en la pulpa del durazno. Mientras lo mordía y sus boca se llevaban de jugo que el mismo durazno reproducía.

—Te dejo preparar el platillo para tu novio, nos vemos. —dijo la chica agarrando la canasta de durazno.

—¡No es mi novio!

La chica de versión anemo despareció dejando igual que Xiao partículas anemo flotando.

Horas más tarde.

—Mira mi ropa viajero, Xiao me ayudó a escogerla.

Su ropa se basaba en un una blusa que solo tenía una manga larga del brazo derecho y tenía un escote largo con detalles lineales negro y dorado y su espalda dejando es descubierto su tatuaje en forma de serpiente dorada. En la parte baja un pantalón ondeado y de color azul marino, sus botas cafe como de Xiao y una línea en los costados abierta dejando ver su muslo y sus tatuajes en una pierna.

—Paimon Quiere esa ropa. —dijo paimon mientras veía de todos los ángulos posibles a Ren.

—Te ves linda, mucho. —Aether sonrió victorioso.

—Ahora mi lanza combina con mi linda ropa. Xiao tiene buen gusto. —rio Ren.

—Oye Ren —Aether miro a Ren nervioso. —tengo duda sobre algo.

—Claro, dime? —ren miro a Aether confundída.

—¿Quien es tu líder oficial? digo, La mayoría de los adeptus como Xiao tienen un contrato con Morax pero al parecer tu no...

La sonrisa de Ren se hizo larga y entusiasmada mientras continuaba caminando con Aether y Paimon.

—Bueno, El arconte Anemo, Barbatos, me salvó de las garras del karma. Sabes lo de Xiao no? Te abra contado, de todo nuestros amigos de Xiao y míos... Solo logramos vivir los dos, porque su aura karmatica se juntaba con la mia, y pues... esa masacre me...me...  Pues aveces me consume y me dan ganas de matar a cualquier persona, incluso a inocentes. Pero desde que el arconte geo me dejó habitar en su nación no he tenido ninguna aura karmatica. Pero volviendo a lo otro, Barbatos me salvó, dándome una visión Anemo. Y Morax me ayudó a perfeccionar como crear mi lanza. De vez en cuando visito a mi querido Mondstadt, a Jean, diluc, kaeya, Jajaja.

La albina sonrió mientras veía el cielo, recordando las veces que ha ido a mondstadt y siempre es amenazada por los guardias.

—¿Eh?

Ren miro a Aether y a Paimon, sus bocas entre abiertas mientras escuchaban atentamente a la adeptus.

—Basta, no me miren así o me harán sonrojar! —dijo la chica mientras se cubria el rostro avergonzada.

—Lo sentimos.

Dijeron Paimon y el viajero al unísono.

—Tranquilos, ¡pero vamos ir a sumeru! Muero por saludar a Sethos y Wanderer, y Kaveh!!

Dijo con emoción la adeptus mientras caminaba más rápido.

—Ren, ¿Es cierto que si te doy órdenes y no las cumples eres castigada? —pregunto Aether curioso.

—Si, así es. El arconte Anemo me puso eso, y por eso nunca soy desobediente  pero si es mucha maldad en tu orden, tendré que cuestionar te.... Y si la orden es matar, esa no se cuestiona... —dijo Ren mientras invocaba su lanza al ver un campamento de Hilichurs no tan lejos de ellos.

—Wow, eres increíble. Pero tranquila, yo también puedo pelear contra ellos. —dijo Aether sonriendo nervioso mientras agarraba el brazo en el cual Ren sostenía su lanza.

La adeptus giro su cabeza para mirarlo, confundída de porque negó que ella peleará.

—No puedo hacer eso, Viajero, Xiao me dio la orden de aniquilar cualquier peligro para ti. —dijo Ren mientras apretaba su agarre en su lanza y no apartaba la mirada del campamento de Hilichurs.

—No se si sentirme ofendido o Agradecido. —dijo Aether mirando a la nada procesando las palabras de Ren.

En un abrir y cerrar de ojos, Paimon grito asustada. Haciendo que Aether se diera la vuelta rápidamente.

Ren estaba atacando a todos los Hilichurs con su lanza, aniquilando un por uno. Sus movimientos eran precisos y calculados. Infringiendo todo el daño posible a las bestias más armadas.

—Listo, vámonos chicos. —dijo Ren con Ian sonrisa acercándose a ellos desapareciendo su lanza.

Paimon Y Aether miraron como se acercaba la chica hacia ellos, detrás de ella los cadáveres de los Hilichurs desaparecieron. Pero lo más aterrado fue ver su ropa con manchas de sangre.

—¿Que pasa? —pregunto confundida mientras miraba al viajero y la criatura flotante intrigada. Hasta que bajo la mirad a su misma y vio sus prendas manchadas de sangre. —Ah, esto. Tranquilos se quitará. —dijo Ren tranquila mientras continuaba caminando con Aether.

—No iremos a Sumeru, dijo Neuvillette que el camino más fácil es pasar de Fontaine a Natlan... lo olvidado, perdon, Ren.

La adeptus se mantuvo callada sin detener su paso mientras se colocaba su máscara en forma de cara de serpiente.

—No pasa nada... —dijo desanimada Ren, antes de animarse de nuevo. —Si entramos a Fontaine, le mandaré un mensaje a Xiao que le comunique al arconte geo que ya lo cambie por otro dragón. —dijo Ren victoriosa.

Provocando las risas de Paimon y Aether.

No es Cuestión | Kinich x Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora