Sin marcas

111 15 25
                                    

Son muchos los debates en los que enuncian cual es el problema de la crisis mágica, pero los últimos datos son apabullantes. Antes, los niños nacían con magia por doquier, pero hoy en día, la pureza de sangre mágica es casi una rareza. Desde el comienzo del siglo XXI, el índice de nacimientos de niños no mágicos —popularmente conocidos como Arruntas— en familias Ilustres ha sido un problema en aumento. A esto se le añade la proliferación de niños nacidos de un progenitor o ambos progenitores gizati, el cual supone un agravio a la pureza de la magia y es muy posible que los poseedores de magia banal conocidos como Corrientes sean la verdadera causa por la que la magia esté desapareciendo de nuestro mundo.

¿Es el fin de la magia? Corrientes y Arruntas: la epidemia del siglo XXI de la doctora Joanne Galbraith.

Xx.

Brusca le hizo el favor de recoger el paquete de Amazon a los dos días de hacer el pedido.

Como no quería esperar más de una semana hasta que un repartidor se atreviera a adentrarse a las enrevesadas carreteras de las Highlands, pidió una entrega en el punto de recogida más cercano en Inverness. Brusca tuvo el detalle de traer el paquete hasta la biblioteca, donde Astrid estaba subida en lo más alto de una estantería colocando unos volúmenes de Física de la Magia.

—¿No tienes vértigo? —preguntó Brusca.

—Para nada —respondió Astrid deslizándose por la escalera—. ¿Cómo estás?

—Aburrida de limpiar y ni siquiera he empezado —respondió la bruja malhumorada—. Estoico viene este fin de semana y tengo jornada intensiva para dejar esta casa como los chorros de oro.

Astrid dio un respingo e inevitablemente miró a su alrededor. La biblioteca todavía daba pena y estaba muy desordenada por su proceso de catalogación. Llevaba un buen ritmo, pero era un trabajo laborioso y lento si se quería hacer bien. Además, se esforzaba en restaurar los libros que se encontraban en peor estado y, desafortunadamente, debía hacerlo de forma manual, porque eran tan antiguos que la magia que contenían fácilmente podían reaccionar contra la suya y destruirlos en cuestión de pocos segundos. Apenas podía apreciarse el acabado en roble de la enorme mesa de la biblioteca, el cual estaba cubierto de libros, restos de cartón y papel y su portátil.

—Dudo mucho que Estoico le dé especial importancia al estado de la biblioteca —le advirtió Brusca—. Seguramente se quede todo el fin de semana encerrado en su despacho, pero siempre que viene hay que limpiar la casa de arriba a abajo.

—Además yo no estoy el fin de semana —alegó Astrid preocupada—. Va a pensar que soy una vaga.

—Se supone que tienes un horario flexible, ¿no? —le recordó Brusca—. Además, ¿no me dijiste ayer que ya habías avisado a Bocón y no te puso ninguna pega? Si Bocón no te ha dicho nada, será porque tu presencia no es imprescindible. No le dés más vueltas.

En verdad, Astrid estaba segura que Bocón no se lo había dicho a propósito. Es más, se había mostrado demasiado contento al comentarle de que aquel fin de semana iba a estar fuera y le instó incluso a que volviera el lunes en lugar del domingo para que pudiera aprovechar aquel par de días libres. Ahora entendía por qué. Era muy probable que Bocón no quisiera que Astrid se cruzara en el camino de Estoico y, honestamente, estaba agradecida por ello. Bastante insoportable le resultaba el hijo como para encima tener que aguantar al padre.

—Gracias por recogerme el paquete —dijo Astrid.

—No hay de qué, ¿quieres que comamos luego juntas? —preguntó Brusca—. Mi madre está por aquí, así que puede hacernos algo para comer.

—Vale, perfecto —aceptó Astrid encantada.

Brusca le regaló esa sonrisa pícara que tanto la caracterizaba. Le gustaba Brusca, no podía negarlo. Era escandalosa y ruidosa, pero también muy divertida. Abordaba a Astrid a reels por Instagram, le mandaba un montón de fotos de sus diseños y audios quejándose sobre todo de su hermano gemelo. Astrid y Brusca no podían ser más dispares, pero ambas se habían encontrado en el momento perfecto en el que fácilmente podrían formar una amistad sólida basada en memes, cotilleos y reels.

All for UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora