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*Arthur en multimedia*

Arthur:

—¡Papá!—August ingresa por la puerta principal, el perro lo acompaña y trae con el la lampara. 

—¿Qué te dije sobre salir con este clima? —Lo regaño.—¿Otra vez el perro se salió antes...?

El perro empieza a ladrar.

Y August empieza a señalar la puerta.—Hay..

Frunzo el ceño.—¿Qué?

—Hay una persona afuera.



(***)


Efectivamente hay una persona afuera.

—¿Esta muerta?—Pregunta mi hijo.

El perro se acerca a lamer el rostro de... es una mujer. Ella se mueve y me siento aliviado.

—Ve adentro.—Le ordeno.—Y lleva al perro contigo, yo la llevare.

—Si.

Hace caso y voy detrás de el, me ayuda abriendo las puertas, tanto la principal como las del dormitorio, dejo a la mujer en la cama y empiezo a desabrocharle los botones de su chaleco.

—Trae ropa limpia.—Le pido y sale de la habitación.

Mierda ¿Cómo es que llego hasta aqui?

Y justo ahora que no quiero tener problemas.



(***)


La asisto en todo lo necesario mientras la mujer duerme, lo primordial  hacerle un cambio de ropa para luego cubrirla con algo caliente y bajar la temperatura que empiezo a notar elevada.

Le hago un cambio de pañuelo en la frente mientras observo su rostro, las mejillas estan frías y los labios congelados a simple vista, respiro profundo y detrás de mi siento como tiran de mi ropa, es August.

—Hay una maleta afuera.

—Quédate con ella, yo ire por la maleta. Hablo en serio, no salgas.

—Esta bien, papá.

Voy por el equipaje y me extraña... ¿Se dirigía hacia aqui?

Encuentro la maleta y tiro de ella ¿Qué carajos carga? ¿Piedras? Opto por levantarla y la llevo hacia adentro, cierro muy bien la puerta principal y subo las escaleras con el equipaje, el cual al dejar sobre el suelo se abre, la ropa esta congelada también.

Que desastre.

Me asomo a revisar la habitación, August esta jugando con el perro y ella tiene pinta de no despertar en unos dias, los dejo y me voy al sótano, donde esta la lavadora.

Felizmente tenemos luz.

Pongo a funcionar el electrodoméstico y empiezo a echar la ropa dentro, mientras más meto dentro, más noto que necesitare ponerlo a funcionar dos veces, esta desconocida con razón pesa tanto si lleva todo esto en la maleta.

Termino con las blusas al parecer y encuentro hilos, carajo, no son hilos.

Arrojo las bragas dentro y cierro la tapa.




(***)


Regreso a la habitación.

—Ven, August.—Le indico.—Hoy dormirás conmigo.

El asiente., se vuelve hacia la mujer rubia.

—Que descanses.

Sonrio y la miro una última vez antes de ir a descansar, la mañana siguiente le preparo el desayuno a August y dejo servida la comida del perro antes de volver a la habitación donde descansa la mujer, llevo desayuno conmigo por si ya despertó, pero veo que sigue durmiendo.

Le cambio la toalla y veo que la fiebre disminuyo, bajo de regreso el desayuno y cuando regreso August esta con ella.

—Papá, creo que despertó.

—August, sal de aqui.—Le ordeno.

El sale y me quedo con ella, veo que intenta levantarse.

—No hagas esfuerzos o te marearas, estuviste no se cuanto tiempo afuera hasta que mi hijo te encontró.

—¿Quién eres?

—Yo soy la persona que te salvó ¿Tú quien eres?

—¿Qué?—Luce confundida.—¿No sabes quien soy? ¿A que te refieres con que no sabes...

—Eso mismo.

—Hice una reservación.

—Por supuesto que no, eso no tiene sentido.

—¿De que hablas? Entonces donde estoy....—Sus ojos se abren mucho, mmm.. azules.—¡Oh por dios!

Y empieza el caos.


Nos leemos.

>>Yiemir.

Tormenta en NoruegaWhere stories live. Discover now