La muerte es el escape para todos tus problemas.Pero ¿Qué hay de los que sufren por tu partida?
Con esto no quiero decir que aquellas personas que deciden acabar con su vida son unos cobardes o egoístas, porque no lo son, de hecho, considero que son como soldados que lucharon hasta que su escudo y armadura se desgastaron lo suficiente como para no poder salvarse a sí mismos, son personas valientes que aguantaron hasta donde su alma se los permitió.
Lo que quiero decir es en como tus problemas acaban, pero al mismo tiempo, generan problemas a otros. En especial, a quienes te aman.
El dolor, la angustia y la tristeza que te asfixian tras la perdida de un ser amado, eso es terrible. Yo vi como muchos a mí alrededor vivían esto, y eso ya lo hacía doloroso, y al mismo tiempo yo lo viví, y eso lo hacía aún peor. Es por eso que decidí que por más cansada que estuviera de vivir, nunca intentaría suicidarme, por eso, utilizo las drogas como un refugio para escapar de mi realidad.
Primero murió mamá. Fue un golpe increíblemente duro, ya que todos pensamos que nuestros padres son eternos, incluso yo no me veía viviendo sin ella a mi lado, y ahora aquí estoy, sobreviviendo tras su partida.
Luego fue Ryujin. Eso me hizo hundirme en un lago arrasador de oscuridad y tristeza, del cual hasta el día de hoy no puedo salir, ella fué y siempre será mi mejor amiga de toda la vida, con quien crecí y viví cada una de mis etapas, fue mi refugio durante la perdida de mi madre, hasta que se lanzó desde la azotea, bastante alta, eran seis pisos, ese edificio era donde vivía en un cuarto alquilado junto con su abuela, que, tras su muerte, ella también dejó de vivir. La gente abandonó el edificio, que está en un barrio algo "peligroso" diciendo que estaba embrujado y maldito. Por lo cual ahora esta deshabitado.
Yo a veces voy allí a sentarme en la azotea, fumar algún cigarro, y ver la última vista que tuvo mi preciosa y valiente amiga en su última noche de vida, lugar en donde dio su último suspiro.
Para mí, ella fue una guerrera de brillante armadura externa, pero de un alma triste y destruida, que lucho sola hasta el último instante de su vida, y siempre la voy a admirar por eso.
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Jang Jiwoo
Justo aquí me encuentro. Sentada a la orilla del suelo de esa azotea, aún tiene algunos grafitis que dibujaron en su honor, algunas margaritas, que eran sus flores favoritas, con un gran corazón blanco, así como su alma, una alma pura, y a pesar del moho que está en el suelo, aún se alcanza a ver el enunciado:
"Una hermosa y brillante estrella que hoy deja la tierra para brillar en el cielo".
Al instante dirigí mi mirada el cielo nocturno, lleno de estrellas, me gustaba imaginar que Ryu era una de ellas, la más grande y brillante que encontrara, esa era ella.
-Entiendo que estés molesta, pero ya deja de ignorarme, el silencio es incómodo y lo detesto. - Y yo te detesto a ti y no me ando quejando. - Dije sin ánimos- Todavía te traigo aquí, arriesgándome a que roben mi hermoso auto en este horrible barrio y ¿Así te atreves a decir que me detestas? No dejas de sorprenderme Jiwoo- Lo mire, dudosa de si debía hablar con el luego de lo ocurrido hace unas horas.
