cinco

110 18 5
                                        

Y ahí estaban ambos recién despertándose. Felix no había parado de moverse en toda la noche por lo cual Hyunjin no durmió tan bien a excepción de cuando Hwang abrazó al menor. Solo en ese momento Felix guardó calma y se quedó quieto hasta que dejó de abrazarlo, ahí volvió a moverse.

—A la próxima duermes con Kkami —demandó el mayor mientras estiraba sus brazos hacia arriba, cerrando sus ojos con algo de sueño aún—. Te mueves muuucho.

Felix sonrió divertido mientras se posicionaba rápidamente detrás del mayor para poder cruzar sus brazos y manos en la cintura del mayor en forma de abrazo.

—Quedémonos un ratito más —pidió Felix mientras apoyaba su mentón en el hombro del mayor, ambos estando sentados en la cama.

Hyunjin soltó un pequeño suspiro mientras pensaba en si era buena idea o no arriesgarse a que Felix se siguiera moviendo como ardilla con epilepsia.

—Está bien, Lixie.

Y solo ahí con esa respuesta, Felix volvió a su posición en la cama, cubriendo hasta su nariz con las sábanas mientras veía con ojos curiosos al mayor. Hwang no pudo evitar sonreír con cierta ternura al ver la tierna imagen de un Felix tapado hasta la nariz y viéndole con aquellos redondos pero rasgados ojos. Era definitivamente lo más tierno que había visto en su corta vida.

—Venga —palmeó el menor a su lado mientras dejaba caer sus párpados por sus ojos, cerrándolos delicadamente.

Hyunjin, sin rechistar, se acostó al lado del menor y se cubrió con las sábanas, observando con mucho detenimiento al menor. Posó sus pequeños dedos en los cabellos de Felix para poder quitar los que estorbaban en su frente.

Felix abrió sus ojos nuevamente, encontrándose con el rostro del mayor, mirándolo con adoración y suavidad.

—Hyung.

—¿Qué pasa, Lixie?

El nombrado se levantó un poco para poder estampar sus labios con cuidado sobre la mejilla de Hwang, quien no pudo evitar sentir mil y un hormigueos en su estómago. Estaba, sin dudas, muy contento. Aparte de que sus amigos no aparecerían hasta las doce del día, Felix estaba demostrándole su cariño y afecto... La persona a la cual también le tenía mucha adoración.

—Mhg, me dan diabetes —exageró el mayor mientras ponía una de sus manos en su corazón, haciendo como si algo estuviera doliendo allí.

Felix rió divertido mientras se acercaba y rodeaba los hombros y cuello del mayor con sus brazos, apegándolo a su cálido cuerpo. Hwang cruzó sus brazos por la cintura del menor, también abrazándolo. Ambos optaron por cerrar sus ojos finalmente y así estuvieron toda la mañana, compartiendo el calor corporal y uno que otro besito en la mejilla y/o frente.

              



Levántate de la maldita cama, Hwang Hyunjin.

Finalmente abrió sus ojos sintiendo su corazón al borde del colapso. Otra pesadilla. Parpadeó un par de veces al ver que Felix ya no estaba a su lado, ni en su cama, ni en su habitación. Se sentó rápidamente en la cama tocando con una de sus manos su frente, soltando un gran suspiro.

—Hasta que te despiertas, uh.Su amigo estaba ahí, parado en los pies de la cama mirándole con aires de grandeza.

—¿Qué quieres? ¿O solo te quieres hacer el amistoso conmigo?

—Sabes cómo soy, Hyunjin. No buscaré nada a cambio ni te necesito para algo. Solo vine a despertarte... habló.

Era cierto. En su cabeza habitaban tres de sus amigos y a veces venía él. Él era distinto, se podría decir que lo cuidaba, era extraño. No era tóxico y destructivo como lo eran los otros tres, eran como los policías malos y el policía bueno.

—Gracias... —susurró mientras se levantaba de la cama, cerrando sus ojos por un momento—. ¿Sabes dónde está Lixie?

El otro asintió con su cabeza mientras se bajaba delicadamente de la cama del contrario, caminando hasta la puerta para salir por esta misma. Hyunjin se alzó de hombros y lo siguió con algo de inseguridad interna, pero sonrió suavemente al ver que Felix estaba hablando animadamente con su madre.

—Cariño, ya despertaste —la madre de Hyunjin sonrió mientras se levantaba del sofá e iba directamente a abrazar a su hijo.

Hwang abrazó el cuerpo de la más bajita solo por un par de centímetros. Le hubiera gustado crecer más, quizá en un futuro crecería aunque fueran cinco centímetros.

—Buenos días, Ma —saludó mientras su mirada se posaba en su alucinación, quien estaba mirando detalladamente a Felix—. No lo mires —susurró por lo bajo, a lo cual la señora Hwang alzó una de sus cejas, sin comprender.

—¿Mirar a quién?

—No, nada, ma.

—Tienes buen gusto, Hwang.

—¡Te dije que no..! —puso una de sus manos en sus labios, nervioso.

Felix miró al mayor sin comprender bien lo que estaba pasando. ¿Acaso Hyunjin estaba viendo a alguien que ellos no podían ver?

—¿Hyung? ¿Quién está mirando qué? —cuestionó mientras se levantaba de igual manera para poder acercarse al mayor.

Hyunjin negó con su cabeza repetidas veces, no queriendo decir nada. Su corazón de nuevo se aceleraba, y le estresaba que ahora todo lo que veía le molestara. Sí, era tonto estar celoso de una de sus alucinaciones, pero aquella presión en su estómago lo hacía sentir mal.

—Es viernes... —vaciló mientras soltaba un suspiro nervioso—. Deberíamos ir a clases, se nos hará tarde luego —entró a su habitación sin decir ni una palabra más.

—Necesita sus pastillas, pero insiste en que está bien sin tomarlas —la señora Hwang rompió el silencio, girándose ahora para ver a Felix—. ¿Podrías hacer que se tome aunque sea una ahora?

Felix asintió con la cabeza, decidido. "Hora de ayudar a Hyunjin Hyung", pensó, como si fuera una misión de un videojuego de guerra.

Esquizo | Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora