Regresa mi amor.

3

"¿Puedo poner esto aquí?"

"Ah, ¡sí! Por favor, ponlo en esa esquina allí."

"¿Puedo poner este sofá en la sala de estar de este lado?"

"¡Sí! Por favor, colócalo detrás de la mesa allí!"

El día en que terminó la semana que le había pedido a Do-Jin. Jeong Yeo-won se mudó llevando todo. No tenía muchas cosas, pero como había comprado muebles nuevos, estaba completamente abrumado desde la mañana.

Con la cama, el sofá y todos los electrodomésticos y muebles llegando al mismo tiempo, cuando finalmente se dio cuenta, ya era tarde en la tarde.

"Tengo hambre..."

Jeong Yeo-won, acostado en la nueva alfombra del salón, que no era muy grande pero tampoco pequeña, acarició su estómago que protestaba ruidosamente por el hambre. No había comido nada desde la noche anterior, así que era natural que tuviera hambre. '¿Qué debería comer?' Revisó varias aplicaciones de entrega, pero no había nada que le llamara la atención. Sin embargo, con la intención de comer algo, pidió un set de comida casera que parecía lo mejor y luego cerró los ojos después de dejar su teléfono.

'Ahora que lo pienso, hacía mucho tiempo que no comía comida a domicilio.'

"Quiero comida a domicilio."

"No puedes."

"¿Por qué? ¡Dije que quiero comer!"

"No es bueno para tu salud."

"¿Cómo se supone que voy a cuidar mi salud todo el tiempo? ¿Eh? Quiero comer pizza y también pollo."

"Puedo cocinar para ti."

"No quiero. Quiero comida a domicilio. ¡Solo lo que hacen en la tienda!"

"......."

"¡Con un montón de condimentos artificiales!"

'Al final, ese día gané y pedí comida a domicilio'. Solo recordarlo le hizo sonreír, así que Jeong Yeo-won se dio la vuelta. Debería dejar de pensar en eso. No ha pasado mucho tiempo desde que se separaron, así que es normal. Con el tiempo, estará bien.

"No debería hacer esto."

Jeong Yeo-won, que sin darse cuenta se secó las lágrimas que caían, se levantó. Aún no había organizado todo correctamente, así que no podía permitirse llorar. Tenía tantas cosas por hacer que si lloraba aquí, se sentiría agotado. Sacudió la cabeza y comenzó a ir y venir entre la sala y la cocina, abriendo las ventanas para ventilar y organizando los nuevos artículos que había comprado.

¿Cuánto tiempo pasó organizando mientras sudaba? Cuando finalmente terminó y miró la casa ordenada, Jeong Yeo-won sonrió.

Como la luz del sol de verano que entra en la sala.

***

"Jeong Yeo-won."

"...... Se fue de la mansión."

"¿Y estas las cosas?"

"Si excluimos algunas prendas y algunas cosas que trajo al principio, todo está igual."

"Deshazte de todo."

El jefe Shin cerró los ojos con fuerza ante la voz firme de Do-Jin. ¿Deshacerse de qué? ¿De las cosas de alguien? ¿De las cosas de Kwon Do-Jin, que no quería ver? La orden de Do-Jin hizo que las comisuras de los labios del jefe Shin se retorcieran hacia arriba.

"¿Cómo se supone que debo deshacerme de eso?"

¿Será por eso? Las palabras no salían con suavidad.