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La mañana entraba por los grandes ventanales de la habitación, Porsche despertaba de una placentera siesta.

Hoy cumplía dieciséis y su primer celo estaba próximo a llegar, tenía miedo, no lo iba a negar. Había escuchado que el primer celo es muy doloroso sin importar ser un tipo dominante.

Tembló con solo imaginarlo, alejó los pensamientos de su cabeza moviendo sus manos de un lado a otro y se dirigió al baño a asearse. Hoy sus padres iban a elegir con quien debía casarse, estaba nervioso y debía estar bien presentado.

Al salir se puso un parche inhibidor en el cuello derecho, exactamente donde iria la marca de su alfa, su aroma se ha vuelto más dulce y según su mamá; los alfas enloquecerian. Así que para prevenir se puso un perfume con feromonas beta.

Bajaba por los escalones del castillo de Ayutthaya, los sirvientes lo saludaban con respeto mientras pasaba y el omega saludaba de igual manera.

Al llegar a la primera planta divisó a su familia en el comedor, sonrió y saludó con un beso en la mejilla a todos.

- Mamá, papá, Chay, buenos días. - se sentó en su respectiva silla antes de comenzar a comer.

- Mi bebé, feliz cumpleaños. Hoy será tu fiesta en la noche, ponte más guapo de lo que eres. - habló su padre con un guiño sutil.

- Nuestro Porsche tiene buenas genes, pero... - se quedó callado antes de volver a hablar. - No quiero que se vaya, aún es un bebé, me necesita. - dramatizo con lágrimas en los ojos.

- Mamá, no me iré, solo necesito conocer bien a mi futuro alfa. - acarició la mano de su mamá.

- Tarde o temprano lo harás y eso me pone triste. - Suspiro nostálgico.

- Khun, deja un rato al bebé tranquilo, le harás no querer irse y sabes que no puede ser así. - habló el alfa tratando de que su omega se calme.

- Chan, Porsche es mi bebé, mi luz, mi ser. - dramatizaba exagerado con cada palabra el omega.

- Mamá, papá, ¿se olvidan que yo también soy su hijo?. - habló Porchay dolido.

- Mi segundo bebé, como crees que te olvidariamos? Es difícil dejar ir a un hijo, amor. - Khun se acercó a su hijo y dejó mucho besos en su rostro mientras que el menor se reía y trataba de alejar a su madre.

-Altezas, disculpa la molestia, el príncipe Pete llegó para visitar al príncipe Porsche. - habló con reverencia.

- Que pase, que pase. - habló animadamente Khun.

Pete ingresó al comedor y saludó con un abrazo a los padres de Porsche, ambos eran como hermanos, y los padres de cada uno serían los padres del otro. Ya que, sus padres eran muy buenos amigos desde la infancia. Y tanto era su amistad que quedaron en casar a sus hijos si uno de ellos era un alfa dominante, pero grandiosa fue la suerte de esos dos amigos que ambos salieron omegas dominantes.

- Pete, corazón, hace tiempo que no venias a visitarnos. - Khun abrazó fuertemente al menor.

- Madre, mis costillas. - se quejó Pete.

- Ay, corazón, ¿te lastime?. - revisó a Pete por todos los lugares.

- No, no, estoy bien. - aguantó la risa por la desesperante y genuina preocupación del mayor.

- Ya, ya. Vayan a la habitación de Porsche y prepárense para esta noche, ¡será grandiosa!. - exageró su movimiento de brazos, sacando unas cuantas risas de los menores.

Porsche, Pete y Porchay se despidieron y subieron a la segunda planta, debían elegir un atuendo perfecto para el festejado.

- Pete, una pregunta... ¿Tú ya pasaste por tu primer celo?. - preguntó temeroso.

Save me  [Kinnporsche]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora