Deseo

120 13 11
                                    

Veritas Ratio asintió con la cabeza, cerró su libro, lo guardó y se puso de pie caminando en dirección a la salida atravesando el blanco de tiro y el futbolito de la taberna. 

No había forma de que el cielo estuviera despejado tras el pronóstico meteorológico debido a las condiciones climáticas de la estación invernal y la latente humedad en la intemperie. Pero al cruzar la puerta del bar universitario y salir al exterior noto que ya era de noche pero aún había pocas nubes que tímidamente se desplazaban en la atmósfera. Podía verse como el firmamento abrazaba el cielo nocturno con una bella y abundante presencia de estrellas danzando en lo alto.

¿Cómo era posible que tras todo pronóstico se haya despejado y comenzado a resplandecer el firmamento? ¿Acaso la buena suerte de ese loco era algo real? 

No. 

Ratio preferiría guardar esos pensamientos e investigar más tarde ese fenómeno en particular que seguramente estaba ligado al cambio climático producido por la contaminación de la tecnología de la corporación local para la paz. Por ahora su cuerpo estaba alterado por el alcohol y debía pagar la apuesta perdida.

Ambos caminaron hasta las cercanías del edificio de animación en el campus y se recostaron en el césped junto a la estatua de relojito, un popular personaje de dibujos animados muy querido por la fachada de artes, diseño y comunicación ya qué prácticamente fue creado por dicha escuela de estudios en el pasado y logró convertirse en todo un ícono cultural.

Aún estaba húmedo el ambiente y se sentía el hielo en las mejillas, pero poco les importó. Ambos se quedaron tumbados apreciando lo bello del firmamento mientras atesoraban el momento, de algún modo estar bajo las estrellas en compañía de Aventurino hacia qué Ratio no se sienta tan deprimido, le reconfortaba saber que a pesar de haber sido rechazado por un genio, el ver las estrellas le recordaba que era un mediocre que aún tenía mucho por que luchar e investigar. Al estar en la compañía del apostador compulsivo demostraba que aún tenía mucho en su misión por ayudar a los demás compartiendo el conocimiento para curar la estupidez en este mundo.

—Gracias

Murmuró despacio mientras llevaba la botella a su boca, pero tras darle un leve sorbo Aventurino se la arrebató de las manos con suavidad, luego bebió un trago y tras limpiarse los labios con un pañuelo sonrió y agregó.

—Nada que gracias, gané la apuesta y quisiera cobrar mi premio

—¿Y qué clase de deseo ridículo podría salir de tu estúpido cerebro lleno de máquinas tragamonedas, inversiones arriesgadas y mesas de póquer?

Aventurino río y luego suspiró

—Que cruel eres querido doctor, es un deseo muy importante para mi, y puede que sea de mutuo beneficio...

Tomó la botella de vino en sus manos y jugueteó con el cuello de esta. Aventurino se oía nervioso pero aunque la mayoría del tiempo pareciera que sus palabras eran una burla para ocultar sus reales intenciones, esta vez su tono era sincero.

—No me gusta verte triste, ella te despreció pero no te merece, eres grandioso, listo y muy guapo, así que úsame Ratio—Habló con seriedad—Deseo que me uses cada vez que te sientas solo o rechazado, no te pido una relación formal, sólo usame de forma casual, se que puedo confiar en ti...

Ratio le quitó la botella de las manos y la bebió al seco al oír aquel disparatado deseo. Luego su mente se tornó borrosa, tanto que sintió un dulce néctar sobre sus labios. Desconocido pero adictivo. Un maravilloso éxtasis alcanzó lo más profundo de su ser, liberando emociones contenidas e ignoradas mientras su cuerpo físicamente se comprometía. Pero debido a su masa muscular no supuso gran problema. 

Devil Velvet Wish ♤RatioRineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora