—¿Qué toma?
Pedro se detiene con una mano en la puerta y cuando lo ve sacarse la cartera del bolsillo trasero chista la lengua:
—Tch, yo invito. Guarde eso.
—No es ne—
—¿Qué toma?
—Nomás coca —responde Emiliano, y Pedro lo observa silente por un segundo antes de asentir sin más y salir de la patrulla.
Cruza la calle hasta el puesto de tacos y el menor lo sigue con la mirada, apreciándolo de lejos aunque todavía albergue cierta desconfianza hacia él.
Infante está poniendo mucho empeño en romper el hielo.
Lo que no sabe es que a él lo recubre una capa muy muy gruesa.
Se gira el oficial hacia él desde la distancia, esperando en el mostrador mientras elaboran sus tacos al pastor, y le sonríe cuando lo encuentra observando.
Emiliano gira la mirada al instante, sintiendo ganas de reír.
Nomás coca.
Vibra su teléfono móvil en su bolsillo frontal y lo saca de allí para ver que su vecino lo está mensajeando otra vez cuando le ha repetido hasta el cansancio que no lo haga. No quiere ni siquiera pensar en qué perro problema se puede meter si su compañero de turno llegase a inclinarse sobre la pantalla para leer aquello.
@Quique
tengo pricoSacude la cabeza y lo primero que hace es eliminar el mensaje del chat. Luego le responde:
Va
Parece que Enrique lo hace a propósito.
¡Pues claro que lo hace a propósito! Ese idiota.
Apaga la pantalla del móvil y lo guarda rápidamente fuera de vista cuando ve a Pedro aproximarse al coche con dos botellas en una mano y dos bandejas cerradas en la otra. Se inclina para abrirle la puerta y evitar un desperdicio.
—No sé a usté, pero a mi ya me suenan las tripas, —sonríe el Oficial, dejándose caer sobre su asiento y pasándole la bandeja y la bebida— coquita, y taquitos. Provecho.
—Gracias. Buen provecho.
Pedro se acomoda en su asiento, se pone la bandeja en el regazo y se refriega las manos con gusto, como un chamaco emocionado.
—Ora sí, —exclama— veeengan con el tío Perico.
Emiliano suelta algo mitad risa mitad ahogo cuando escucha aquello (demasiados chistes internos, aplácate) pero Pedro apenas si le presta atención, zampándose el primer taco entero y haciendo un sonido obsceno, cerrando los ojos y tirando la cabeza atrás como si fuera aquello un manjar de los dioses.
Sonido que casi le imanta los ojos a su compañero, de perfil y llevándose un taco entero a la boca con aire demasiado gustoso.
Infante no es tan guapo como el Comisario, pero entre los dos…
Su teléfono celular vuelve a vibrar dos veces seguidas en un intervalo de un minuto y Pedro le envía una mirada de soslayo, aunque sin decirle nada. Le sonríe y no interrumpe su almuerzo más que con un par de cejas levantadas y un asentimiento en clara pregunta:
—Muy ricos —asiente Emiliano, divertido, casi que contagiado de su buen humor.
—Verdad que sí. Como los taquitos de mi Blanquita no hay.
—¿No toma azúcar? —le suelta el menor con rapidez, por disimular la tercera llegada de un mensaje de texto en su bolsillo más que por real interés, asiente hacia la botella de coca-cola zero con etiqueta negra y Pedro se lleva un pulgar a la boca para limpiar de allí la salsa, tragándose su tercer taco.

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Emergencia 911 MEX
FanfictionEmiliano es un joven policía que todo el mundo tacha de corrupto luego de la sospechosa muerte de su compañero durante una misión en encubierto. Como Comisario en Jefe, Jorge lo recibe en su destacamento cuando es transferido de regreso a patrullaje...