60 ¿En desventaja?

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Todos aquellos que nacen destinados a ser especiales son admirados y envidiados.

En cambio, aquellos destinados a ser débiles y pasar desapercibidos son repudiados y despreciados.

¿Realmente es bueno ser alguien especial?¿Es realmente malo ser uno más del montón?

Aquellos que nacen con un talento innato o son bendecidos desde el inicio de sus días son llamados genios o prodigios.

El brillo de sus habilidades y de sus dones termina opacando al resto. Los que nacen en las sombras están destinados a luchar contra las adversidades desde el primer aliento.

Los débiles, aquellos que observan a los fuertes desde las sombras, a menudo sienten que sus corazones se llenan de envidia. Una envidia que, con el tiempo, se convierte en un veneno que corroe el alma. Compararse con otros se vuelve inevitable; la búsqueda constante de reconocimiento y poder se convierte en su única obsesión.

Pero lo cierto es qué ser considerado fuerte no es un regalo sin precio.

Uno solo es fuerte hasta que se encuentra con alguien mas fuerte. Uno solo es especial hasta que cruza caminos con alguien aun mas especial.

Cuando la fortaleza se encuentra con una fuerza superior, los cimientos del ego tiemblan. Aquellos que se estrellan contra la realidad terminan perdiendo su identidad. Todos aquellos que son aplastados por alguien superior usualmente terminan muriendo en esa batalla. Impulsados por el orgullo se levantan una y otra vez creyendo que serán capaces de ganar.

Unos cuantos logran sobrevivir a esta prueba que le pone la vida. Sus nombres continun siendo susurrados con respeto y temor, pero ellos nunca vuelven a mirar el mundo con los mismos ojos. La experiencia de enfrentar la derrota, la fragilidad de la propia existencia, los transforma de manera irrevocable.

En contraste, los débiles, aquellos que no conocen el privilegio de la fortaleza, encuentran una perspectiva distinta. Viven al filo de la navaja, conscientes de que cada día podría ser su último aliento. Aprecian cada pequeña victoria, cada respiración, con una gratitud que solo los verdaderamente vulnerables pueden conocer.

Hades, el señor de los muertos, mantenía una expresión serena y calculadora mientras continuaba preparando su técnica definitiva, “el lienzo perdido”. Sabía que debía esperar el momento adecuado para desencadenar su poder mortal y devastador. Artemisa y Atenea permanecieron detrás, resguardando a Hades, conscientes de cuán peligroso era su adversario. Sabían que tenían un papel importante que desempeñar en esta batalla.

El enfrentamiento se desencadenó en un frenesí de acción mientras los dioses griegos y el clon de Naruto se enfrentaban en un combate intenso. El rugido del viento se hizo eco en el campo de batalla, agitando los árboles circundantes y haciendo que las hojas caídas se elevaran en un torbellino.

La batalla estaba marcada por la ferocidad y la velocidad. Zeus y Apolo lideraban la ofensiva, avanzando con determinación y velocidad, como una tormenta imparable. Cada paso que daban hacía que la tierra temblara, y los árboles cercanos eran arrancados de raíz o partidos por la furia de su avance.

El clon de Naruto intentó atrapar a ambos dioses por el cuello, pero su velocidad era asombrosa. Como un rayo, Apolo, el dios del Sol, junto a su padre Zeus, contraatacaron antes de que pudiera reaccionar, golpeando a Naruto en el rostro y enviándolo volando hacia atrás. Los árboles se sacudieron violentamente cuando el clon impactó contra ellos, dejando tras de sí un rastro de destrucción.

_ ¿Qué acaba de suceder? _ se preguntó Naruto, desconcertado sobre lo que había salido mal y confundido por la inesperada situación.

A medida que se recuperaba, Artemisa, la diosa de la caza, lo atacó con una lluvia de flechas de energía divina. Las flechas cortaron el aire con un zumbido atronador, creando cráteres en el campo de batalla a su paso. A pesar de la intensidad del ataque, Naruto apenas sufrió rasguños, pero la tierra bajo sus pies se agrietó y tembló por la fuerza del impacto.

Naruto Isekai, La historia de la existencia mas fuerte. VIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora