Naruto Isekai, La historia de la existencia mas fuerte. VII

63 Desafiando un poder superior

Gracias a la aparición de una gran amenaza en el mundo, el miedo y el deseo de sobrevivir lograron que poderosos seres sobrenaturales se aliara. A pesar de que los panteones tenían diferentes creencias, tradiciones y valores, formaron un poderoso ejército.

Sin embargo, la alianza que habían establecido era demasiado frágil. Bastaba con que uno de los miembros más importantes de alguno de los panteones cometiera un error y las cosas se saldrían de control.

Hades, el dios griego de la muerte, preparó una técnica bastante peculiar. Se trataba de un ritual que invocaba la esencia de la misma muerte al campo de batalla y la controlaba, extinguiendo la vida de los débiles. Incluso los seres sobrenaturales más poderosos, al ser alcanzados por esta macabra técnica, describían la sensación como ser envenenados y sentir cómo sus fuerzas se debilitaban progresivamente.

La incertidumbre se cernía sobre el campo de batalla, ya que el resultado de desatar este poder sobre Naruto y los demás era desconocido. ¿Cómo afectaría a aquel cuyo poder estaba más allá de la comprensión de muchos dioses?

Ante esta amenaza inminente, un clon de Naruto se vio forzado a intervenir. Aunque desconocía por completo los detalles del plan de Hades, su instinto le indicó que debía detenerlo antes de que la oscura magia alcanzara a su original.

El clon se encontró con una resistencia feroz por parte de otros dioses griegos que protegían a Hades. Zeus el dios del trueno, Apolo el dios del sol, Artemisa la diosa de la luna y Atenea la diosa de la guerra, coordinando sus habilidades divinas, demostraron su poder. A pesar de los esfuerzos del clon, el poder, las habilidades y la colaboración de los dioses olímpicos demostraron ser abrumadores.

Sin más alternativas, el clon decidió arriesgarlo todo. Sabía que su existencia era efímera y destinada a desaparecer, pero la urgencia de la situación lo llevó a liberar más chakra del necesario.

Cubriéndose con el Susano, una entidad hecha de puro chakra, el clon desenvainó una de las espadas que portaba. Era un momento crítico, y la criatura canalizó una fuerza capaz de aplastar cordilleras y doblegar los mares, dirigiéndola hacia los dioses griegos.

Justo cuando los las deidades estaban por ser alcanzadas por aquel abrumador poder, una intervención inesperada detuvo el avance del Susano. Yoriichi Tsugikuni, el hijo de la diosa Amaterasu, apareció en el campo de batalla.

Con maestría, Yoriichi dividió con precisión la imponente espada de chakra del Susano en dos, demostrando su habilidad excepcional con la katana japonesa.

- En el mundo humano, existe un dicho popular que reza: "No importa el tamaño de la katana que posea un guerrero, sino su habilidad para manejarla" - comentó Yoriichi con calma, adoptando una postura firme mientras sostenía su katana, listo para el próximo movimiento.

- Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que nos vimos, Yoriichi - mencionó el clon antes de intentar tomar la segunda espada del Susano.

Antes de que el rubio pudiera desenvainarla, fue atacado.

- Shichi no kata: Yokatotsu (Séptima Postura: Lanza de Girasol) -exclamó Yoriichi con determinación y, con una estocada poderosa, perforó al Susano. El imponente ser hecho de chakra se vio comprometido por la habilidad con la espada del dios sintoísta.

Kokushibo, otro dios sintoísta, se unió rápidamente a la batalla, desplegando una destreza impresionante.

- Hachi no kata: Getsuryū Rinbi (Octava postura: Cola giratoria del dragón lunar) -proclamó el dios, desencadenando un corte de increíble alcance y fuerza.

La energía del ataque se desplegó con gracia, dejando entrever la maestría de los dioses sintoístas con la espada. Ambos dioses lograron cortar el brazo del Susano con movimientos precisos y coordinados, una danza mortal ejecutada con una armonía que solo los verdaderos maestros de la espada podían lograr.