Capítulo 1: El inicio de todo

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Me presento, yo soy Mía García tengo 17 años y acabo de terminar 2º de Bachillerato, aún no estoy muy decidida a qué quiero hacer con mi vida, pero supongo que me decantaré por alguna carrera en relación a derecho, en unos años puede que sea una abogada prestigiosa o puede que no.

Empieza el verano y con ello, las fiestas de los pueblos, quedadas con amigos, tardes de piscina y sin fin de actividades. Faltan 3 semanas para cumplir la mayoría de edad y la verdad que no estoy muy entusiasmada con ello ya que todo el mundo siempre comenta la de responsabilidades que tendré una vez eso ocurra, y no os voy a mentir, la verdad es que acojona.

-Mía, ¡Levántate ya de la cama!- comentó mi madre sacándome de mis pensamientos.

Mi madre se llama Carolina, es morena de pelo, tiene los ojos marrones, de mediana estatura y es autónoma. Tiene un negocio de comida para llevar, el cual lleva con mi padre, Héctor. Este tiene 46 años, estatura alta, muy alta, pelo negro y ojos marrones.

Se me olvidaba comentarlo, tengo 2 hermanos pequeños, aunque no son tan pequeños. Eros y Laia, mellizos, tienen 15 años, ambos tienen el pelo rizado y oscuro, ojos marrones y mediana estatura (aún les queda algunos años de crecimiento). Hay días en los que hubiese deseado no tener hermanos, pero luego me paro a pensarlo y son lo que dan sentido a nuestras vidas.

Vivimos en Toledo, en una urbanización llamada Valparaiso, en una casa de 2 plantas y piscina propia, aunque la piscina no la utilizamos mucho ya que en verano solemos irnos al pueblo de mi abuela materna. Ella se llama Matilda, tiene 65 años, pelo castaño, delgada y de mediana estatura. Le encanta pasar tiempo con nosotros, al igual que a nosotros con ella. Los abuelos deberían ser eternos.

- ¡Mía, no te aviso más veces!- replicó mamá enfadada.

- Que sí, que sí que ya me levanto- digo reprochando.

Miro el reloj y veo que aún son las 10:00h y que es el primer día de las vacaciones.

-¡Mamá! ¿Se puede saber por qué me levantas tan temprano?

- La abuela nos espera para comer, recuerda que tenemos que ir al pueblo. dice mi madre.

Suspiro y finalmente me levanto de la cama. Bajo las escaleras en dirección la cocina para tomar algo de desayuno. Abro la nevera y tomo el brick de la leche para hacerme un colacao, al ir a cerrar la nevera pego un grito y un salto.

-¡Bú!- dicen los mellizos riéndose a la vez

Recupero la cordura y les miro con cara desafiante.

- ¿Se puede saber que estáis haciendo?- les grito enfadada

Miro el suelo y veo que toda la leche se ha esparcido por el suelo.

- ¡Ahora mismo lo vais a recoger!- sigo replicando bastante molesta.

El resto de desayuno transcurrió tranquilo. Una vez acabé el desayuno subí a mi habitación para darme una ducha y arreglarme.

Me puse un short tejano clarito y un top de tirantes negro, las converse doble suela blancas y me maquillé muy sutilmente.

Una vez organizada la maleta, escuché a mamá decir algo desde la planta baja.

- ¡Bajar ya! Nos vamos- dijo alegremente

Mi madre adora ir al pueblo y más aún estar con su madre (mi abuela) y disfrutar el tiempo con ella.

Montamos al coche me coloqué mis cascos y reproducí la lista de Spotify "Verano 2024". El reggaeton era mi género de música favorito, pero tampoco me cerraba a otros géneros. Poco a poco fui cerrando los ojos y cayendo en un sueño profundo.

AMOR EN RUINASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora