Bridget fue la primera en salir corriendo.
Chloe fue tras ella, descendiendo por las escaleras y recorriendo los pasillos que habían transitado devuelta al salón de baile.
Red, por otro lado, no había atinado a moverse hecha una furia contenida en su vestido rojo sangre. No podía apartar los ojos del Hada, quien sonreía de oreja a oreja y crispaba sus manos alrededor de la varita mágica con gran ánimo, absorta en su propia alegría.
El Hada les había mentido, y Red quería descubrir por qué.
Cuando viajaron en el tiempo al día después del baile, había sido esa misma estudiante la que les había contado lo que sucedería, pero había omitido gran parte de la información. Red se preguntó si habría sido intencional o si ellas habrían hecho algo para cambiar el curso de la historia. De ser así, el destino estaba empecinado en llevar a Bridget al baile.
Torció el gesto ante esa idea. No podía enfadarse con el Hada porque era probable que no supiera lo que podría ocasionar, de haber sido así su madre se habría encargado de ella apenas tuvo la oportunidad cuando irrumpió en la presentación de Uma.
Con una gran fuerza de voluntad se dio la vuelta y fue tras Chloe, dejando al Hada felicitándose a ella misma por su gran hazaña.
El vestido era hermoso, sin embargo no estaba diseñado para que quien lo vistiera pudiera correr. Menos cuando habían escaleras de por medio. Los tacones tampoco ayudaban, obligándola a detenerse un momento. Se levantó la falda y se quitó los zapatos con brusqudad, cuando los sostuvo con firmeza en sus manos, estuvo a punto de lanzarlos al otro lado de la barandilla descubrió que eran de rubí. Brillante y puro. Se contuvo debido a la fragilidad de su apariencia y decidió que los llevaría en la mano.
Así, con los zapatos de rubí en la mano enguantada, corrió escaleras abajo hasta llegar al salón de baile inundado por príncipes elegantes y princesas gramurosas. Fue casi como reducirse al tamaño de una hormiga e introducirse en un jardín infetado de flores caprichosas y mimadas.
La música movía a los invitados a su antojo, cada quien sumido en su propia danza. Una inmensa variedad de colores inundaban los pasillos por donde mirara, creando un caos de elegancia excesiva que provocaba mareos.
Red buscó entre los estudiantes a Bridget o a Chloe, pero la multitud parecía haberlas tragado. En lo alto del salón descubrió un inmenso reloj cuyas agujas estaban a quince minutos antes de la medianoche, lo que probocó que una corriente eléctrica subiera por su espalda.
Su futuro dependía de lo que sucediera en los próximos minutos. Había estado tan cerca de alejar a su madre de aquel destino que se le dificultaba respirar al pensar que las cosas parecían desenvocar en el mismo final, como si todo ese tiempo hubieran querido desviar la caida de una cascada.
Estuvo tentada a mirar en el espejo lo que pasaría. Lo buscó entre las telas del vestido y lo apretó en su palma. Pero cuando levantó la vista sus ojos chocaron con el escenario no muy lejos de donde estaba.
Se le ocurrió que sea lo que sea que estuviera a punto de pasar, seguramente ocurriría en aquella tarima, pues era el lugar más visible del salón del baile. Recordó las palabras del Hada: Bridget no terminaría su baile antes de atacar a todos en la escuela.
La aguja se movió con la velocidad de un golpe que Red escuchó retumbar en su interior. Un minuto menos.
Se abrió paso entre los estudiantes dando codazos a diestra y siniestra sin detenerse a pesar de los regaños.
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Descendientes 4: El Ascenso de Red -Final Alternativo.
FanfictionChloe y Red regresan al presente solo para descubrir que, a pesar de sus esfuerzos, nada ha cambiado: la Reina de Corazones ha atacado Auradon y ha condenado a Cenicienta a muerte. Desesperadas por entender su error, ambas princesas se ven obligadas...