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Hanni salió del baño una vez pudo calmar sus lágrimas, debía continuar siendo positiva, al menos hoy no recibiría malos tratos.

-¿Cuál fue el resultado?- Su esposo preguntó algo impaciente.

Y Hanni asintió.

Beomgyu abrió los ojos en grande.

-¿Estás embarazada?-El preguntó sin creerlo.

-Lo estoy. - Afirmó mostrando la prueba.

Y en un impulso el mayor la tomó por la cintura para cargarla y besarla, él estaba feliz, por fin tendría un hijo, aunque Hanni por su parte no podía compartir aquella felicidad, ella no lo amaba.

Pero si no quería problemas con su esposo sería mejor continuarle el beso, así que a pesar de sentirse asqueada lo hizo.

De ahora en adelante debía ser obediente, ahora no podía arriesgarse a ser golpeada o maltratada, tenía que cuidar su embarazo si no quería perderlo y regresar a la misma rutina.

Se quedó pensando por el resto de la tarde acerca de todo lo que había ocurrido, ella no quería un hijo de Beomgyu, no quería compartir nada con ese hombre, pero prácticamente estaba obligada a hacerlo, no había ningún lugar para escapar de él, nadie iba a ayudarla y menos estando embarazada.

Solamente esperaba porque el lunes llegara, necesitaba hablar con Minji, era ella a quien realmente quería, después de aquel encuentro que habían tenido no pudo evitar desear un poco más, no había sido suficiente un solo día, sin embargo los siguientes días que Minji había ido a su casa no se atrevió a pedirselo de nuevo, no cuando estaba tan ocupada llorando por todo lo que Beomgyu le había hecho las noches anteriores.

Al siguiente día ella estaba un poco más animada, era domingo y solamente faltaban algunas horas para verse nuevamente con Minji, necesitaba desahogarse, contarle todo lo que había pasado y sabía que a pesar de no poder hacer nada lo más importante Minji siempre lo hacía, eso era escucharla y hacerla sentir mejor, ella pudo salvarla.

Pero todas sus ilusiones se vinieron abajo cuando esa misma tarde Beomgyu le avisó que había pedido permiso para trabajar desde casa y cuidarla durante su embarazo.

Maldición, fue de lo más doloroso tener que enviarle un mensaje a Minji pidiéndole que no viniera a casa hasta nuevo aviso a causa de su esposo quien estaría ahí por los próximos días, no dió especificaciones, quería contarle sobre su embarazo en persona, no mediante un tonto mensaje, pero parecía que eso tendría que posponerse por un largo tiempo.

Aquel mensaje partió en pedazos el corazón de Minji, su conejita estaría a solas con ese hombre malo, ella temía que algo fuera a pasarle estando encerrada con él.

Los siguientes días no había nada más en su mente que no fuera Hanni, la extrañaba demasiado, se había acostumbrado tanto a ella que no pudo evitar llorar algunas noches a causa de la preocupación por no saber nada de ella, estaba asustada, no tenía idea de cómo se encontraba aquella chica a quien tanto quería.

Hanni por su parte aún no podía creer lo mucho que Beomgyu había cambiado con ella, incluso parecía esa clase de hombre atento y perfecto que alguna vez quiso, sin embargo a quien ahora quería era a Minji, una hermosa y sensual coreana con quien no había podido hablar últimamente, la extrañaba, sin embargo la recordaba cada día al aplicarse las pomadas que ella le había regalado para sus heridas, las cuales poco a poco iban desapareciendo hasta parecer como si nunca hubiese recibido maltrato, como si tuviera el matrimonio perfecto desde siempre.

-Amor, creo que sería bueno que una ginecóloga atienda tu embarazo. -Beomgyu se acercó interrumpiendo sus pensamientos. -Estuve investigando por internet y parece que hay un hospital muy bueno no tan lejos de aquí.

Hanni le sonrió, era incómodo que ese hombre intentara ser atento con ella, ya no quería nada de él, todo lo sentía forzado.

-Podemos ir esta tarde, haré una cita en linea para que nuestro bebé pueda tener un seguimiento. -El mayor insistió a lo que Hanni solamente asintió con la misma Sonrisa de antes.

Una sonrisa totalmente falsa.

Pero ahí se encontraba un par de horas después, su esposo la había llevado a aquel hospital para comenzar una revisión controlada y evitar cualquier futuro riesgo.

Y cuando su turno llegó ambos entraron al consultorio correspondiente.

-Hola, soy la doctora Danielle Marsh, pero pueden llamarme solamente Danielle, espero ser su ginecóloga por los próximos meses. -La doctora se presentó con una sonrisa.

-Hola, mucho gusto, me llamo Beomgyu y ella es mi esposa Hanni, lleva aproximadamente mes y medio de embarazo, será madre primeriza y nos gustaría que pudieras darle un seguimiento.

-Por supuesto, haré unos cuantos análisis para poder empezar el seguimiento, ¿Podría salir un momento? Lo llamaré cuando termine de revisarla.

-Por supuesto. - respondió y con una reverencia salió del consultorio.

-Bueno, para poder comenzar a revisarte necesito que te pongas esta bata sin dejarte la ropa interior y después te acuestes aquí. - Danielle señaló la camilla. - Puedes ir a cambiarte en este baño. - Danielle mostró el lugar y le entregó la bata a Hanni.

- Esto es... vergonzoso. - Hanni habló con sinceridad tomándola bata de la mano de Danielle.

-Tranquila, es solo un chequeo rápido, además te daré un 30% de descuento para que no te sientas tan mal. - Danielle ofreció con amabilidad.

-Entonces me meterás los dedos con descuento... ¿Se supone que eso es un premio o mas bien un castigo? - Hanni preguntó a modo de broma.

-Premio para mí y tú puedes tomarlo
como quieras. - Danielle guiñó siguiéndole la broma.

Y Hanni rió acatando las indicaciones que la mayor le había dado.

Minutos después cuando Danielle había acabado de revisarla volvió a abrirle la puerta a Beomgyu para que este entrara nuevamente al consultorio.

-Continuaremos haciéndole diversos estudios a su esposa a lo largo de la semana, pero necesitamos unos análisis de sangre de ambos hoy mismo que pueden hacerse en el laboratorio del piso tres y por ultimo usted debe traernos una muestra de líquido seminal para más tardar el miércoles, esto es solo para descartar que su bebé pudiese padecer cualquier problema durante su gestación.- Danielle pidió mirando a Beomgyu.

- Por supuesto doctora, muchísimas gracias.- El mayor ofreció una reverencia y salió junto con su esposa en dirección al laboratorio que Danielle les había indicado.

Hanni suspiró, si que sería una larga semana.


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hola vvs aquí lexie, disculpen lo poco que les he actualizado, mi horario quedó muy malo y tengo tres talleres por semana así que haré lo posible para actualizarles, besitos

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