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𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆｡˚♡ Era un 29 de marzo, un día de primavera, cuando el sol comenzaba a calentar suavemente las tierras del Clan Hyuga. En una habitación iluminada por la luz del amanecer, una mujer de cabello rosado se encontraba en trabajo de parto. Su respiración era profunda y rítmica, mientras las parteras del clan la asistían con cuidado y dedicación.
El ambiente estaba cargado de expectativa y emoción. Los cerezos en flor, visibles desde la ventana, parecían celebrar la llegada de una nueva vida. Con cada contracción, la mujer apretaba la mano de su esposo, el líder del clan, quien permanecía a su lado, brindándole apoyo y palabras de aliento.
Finalmente, después de horas de esfuerzo, se escuchó el primer llanto de la recién nacida. La habitación se llenó de una alegría indescriptible. La mujer, con lágrimas de felicidad en los ojos, sostuvo a su hija en brazos por primera vez. La pequeña, envuelta en una manta suave, era la hija del segundo matrimonio de la familia principal del Clan Hyuga.
La recién nacida tenía un rostro angelical, con una piel suave y tersa que reflejaba la pureza de su llegada al mundo. Sus mejillas eran redondeadas y ligeramente sonrosadas, como pétalos de cerezo en flor. Los ojos, aún cerrados, prometían abrirse pronto para revelar un brillo lleno de curiosidad y vida. Su pequeña nariz era delicada y perfectamente formada, mientras que sus labios, diminutos y rosados, esbozaban un gesto de tranquilidad.
