El ambiente en la caverna era oscuro y pesado, apenas iluminado por antorchas que chisporroteaban a lo largo de las paredes. Allí, en un rincón alejado del bullicio de los refugiados, Lysara y Ghost habían despejado un espacio para entrenar a Samantha. El eco de sus respiraciones llenaba el lugar mientras Lysara observaba a Samantha, decidida a enseñarle lo necesario para sobrevivir en este mundo y encontrar la forma de regresar a su tiempo.
—Para aprender a controlar tus poderes, debes comprender la naturaleza de cada una de tus energías —explicó Lysara, cruzando los brazos—. La energía temporal y la del caos son, en esencia, opuestas. La primera es ordenada, precisa; la segunda es impredecible y peligrosa. Mezclarlas es como intentar equilibrar agua con fuego, pero si logras dominarlas, podrías usarlas para abrir el portal correcto.
Ghost se inclinó junto a Samantha, su habitual sonrisa bromista dando paso a una seriedad que no mostraba a menudo.
—Escucha, no será fácil, y no debes apresurarte. Conozco a quienes han intentado manejar poderes duales sin éxito... y no suelen acabar bien. Nos encargaremos de que ese no sea tu destino, ¿entendido?
Samantha asintió, un tanto nerviosa. Aunque aún le costaba confiar plenamente en ellos, sabía que eran sus mejores aliados en esta extraña línea temporal. Se centró en la energía de caos primero, la que le permitía abrir portales morados y desplazarse. Tomó aire, cerró los ojos y dejó que el poder fluyera en ella. Lysara la guió con paciencia, susurrándole palabras de aliento, corrigiendo su postura cuando sentía que la energía empezaba a desbordarse.
—Respira. Mantén el caos en tus manos, pero no lo dejes dominarte. Tú eres quien manda —dijo Lysara, en un tono alentador.
Después de varios intentos y errores, un pequeño portal morado titiló frente a Samantha. Fue breve, apenas un susurro de poder, pero suficiente para que ambos instructores asintieran con aprobación.
Tras horas de práctica, Lysara decidió enseñarle un hechizo especial. Con un gesto, comenzó a concentrar su propia energía temporal, que brillaba con un suave verde esmeralda. Lentamente, conjuró una gema pequeña y transparente en la palma de su mano.
—Esta es una Gema de Anclaje —explicó Lysara, entregándosela a Samantha—. Está ligada a esta línea de tiempo. Si alguna vez vuelves a perder el control y acabas en otro lugar o tiempo, todo lo que debes hacer es cargar esta gema con tu energía. Te traerá de vuelta aquí, a este momento. Úsala con cuidado; es tu único ancla a este mundo mientras estás aquí.
Samantha tomó la gema con manos temblorosas, agradecida y asombrada.
—Gracias, Lysara. Esto significa mucho. Es... más de lo que podría haber pedido.
Ghost le dio una palmadita en el hombro, su buen humor volviendo brevemente.
—Ves, no todo es tan malo. Al menos ahora tienes un pase de regreso... o algo así. —Sonrió, pero luego su expresión se tornó seria nuevamente—. Aún queda mucho por aprender, así que no bajes la guardia.
Mientras Ghost y Samantha practicaban, la calma en la caverna fue interrumpida por un temblor distante, el eco de una batalla que resonaba en los pasadizos subterráneos. Lysara fue llamada rápidamente al frente de batalla, dejando a Ghost a cargo del entrenamiento de Samantha.
—Bien, sigamos con la lección —dijo Ghost, dándole una sonrisa confiada mientras intentaba aliviar la tensión en el ambiente—. Solo recuerda lo que hemos practicado: control y equilibrio.
Samantha respiró hondo, concentrándose una vez más en controlar la energía de caos que había aprendido a manifestar. Pero, de repente, una visión atravesó su mente: la imagen de su padre, de pie en algún lugar borroso, llamándola. Fue tan vívida y tan inesperada que su concentración se desmoronó y, sin darse cuenta, un portal comenzó a formarse frente a ella, arremolinando el aire con colores oscuros y destellos verdes.
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El quinto jinete: Apocalipsis
FantasyEn esta emocionante secuela de "El Quinto Jinete", seguimos a Samantha, una joven que descubre que posee la extraordinaria capacidad de viajar a través del tiempo. Heredera de los poderes de sus padres, Samantha no solo tiene el don de manipular el...