Yoko

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La verdad es lo que resiste a la prueba de la experiencia.
—Albert Einstein


—¿Estás saliendo con un maldito agente del FBI? —Folk habla por teléfono y yo me quejo, quitándomelo de la oreja mientras estaciono en el restaurante de enfrente de donde está Tyler.
Me muero de hambre y no podemos ver el interior de esta oficina, así que acecho desde aquí, ya que aquí es donde tiene las reservaciones.
En este momento, esta peluca rubia me pica mucho y este lápiz labial rojo definitivamente me hace sobresalir. Añade las dos cosas con las gafas de sol oscuras y el vestido ajustado que llevo, y no me parezco en nada a Yoko Myers, por si acaso.
—Ya expliqué cómo sucedió —le digo a Folk, deseando no haberme involucrado en la confesión.
—Y tú estás en Nueva York, donde él también está.
—Tyler está aquí, por eso estoy aquí. Tomó un viaje no programado hasta acá, así que me preocupó que viniera a ver a uno de los otros, ya que Lawrence es el próximo objetivo y también está aquí. Tiene reservación para el almuerzo, para dos, Folk.
Respira hondo. —Nueva York está muy lejos de Virginia Occidental.
¿Qué está haciendo allí?
—No lo sé. Fue a la misma oficina donde trabaja Lawrence.
—Los medios de comunicación no han conseguido la historia.
—Sí, pero eso no significa que no hayan oído que varios de sus amigos han muerto recientemente.
Se queda callado y yo me quedo mirando el restaurante. Tyler tiene una reservación para dos aquí en el almuerzo, eso lo descubrí por el teléfono clonado pero no ha estado enviando mensajes de texto a Lawrence. No estoy segura de a quién le está enviando mensajes.
—¿Folk? ¿Sigues ahí?
—No —dice, sonando apagado—. Estoy a tu lado.
Miro por la ventana y encuentro a un tipo con barba de chivo, lentes oscuros y un bastón... No estoy segura de cómo se llama pero se parece sospechosamente al bastón que los invidentes usarían para orientarse. Su cabello también ha sido teñido de rubio.
Supongo que ambos estamos de incógnito.
Salgo del coche, arqueando una ceja hacia él. —¿Cowabunga6? Resopla, pero luego sus labios se afinan.
—¿Así que decidiste venir a la ciudad de Nueva York sin decírmelo? —pregunto, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
Él se encoge de hombros despreocupadamente. —Lo mismo que hiciste básicamente. Tengo el mismo teléfono que tú, ¿recuerdas? Sabía que te ibas a ir.
Me señala con el dedo.
—No creas que te has librado de este asunto del novio del FBI. Esa conversación está en pausa aún no ha terminado.
Me quejo y él sonríe mientras extiende su brazo para que yo lo tome.
Se ve muy elegante en su traje. Con la forma en que estoy vestida, parezco una prostituta de grandes ligas.
—Te ves bien, por cierto —susurra mientras me guía por la acera.
—Un gran elogio viniendo de un hombre que se supone que es ciego —digo con una dulce sonrisa.
Reprime una sonrisa mientras  caminamos dentro. —Reserva para Demarco —le digo a la anfitriona—. Pedimos la terraza ya que hoy está tan hermoso afuera.
Tal como Tyler lo pidió.
Ella me mira, tratándome como si no me pareciera a una prostituta con su John. —Por supuesto. Por aquí —dice, absteniéndose de llamarme Sra. Demarco en caso de que sea el nombre de mi cita.
Así que supongo que están acostumbrados a este tipo de cosas.
—Me estás haciendo parecer una prostituta —suspiro en voz baja.
Folk cubre una risa con una tos forzada, y yo me abstengo de patearlo con mi tacón de aguja.
—Estoy bastante seguro que lo hiciste tú sola. ¿Tratas de destacar?
—Tratando de lucir lo opuesto a mí —susurro.
—Buen trabajo.
—Ja —refunfuño mientras la dulce anfitriona nos sienta.
Nos muestra todos sus hermosos dientes blancos con la mejor sonrisa genuina que he visto, tal vez sólo sea una pequeña y amistosa cosa alegre.
—Su mesero estará con ustedes en un momento. Disfruten de su almuerzo —dice, sin usar nombres.
Mientras se desliza, pongo mi atención en Folk. Sus gafas tienen los lados teñidos que le cubren los ojos completamente, lo que le permite mirar a donde quiera sin que la gente se dé cuenta de que sus ojos están dirigidos hacia un lado.
—Astuto —anoto en un falso y profundo gesto sureño y él sonríe.
—Pensé que lo apreciarías —dice, ajustando sus gafas para dar énfasis.
Nuestra mesa es lo suficientemente privada como para hablar sin que nadie escuche, pero miro alrededor para ver si hay alguna cámara que pueda escuchar.
—Dos por encima de nosotros —dice Folk, sin tener que adivinar por qué estoy mirando—. Puedo oír a esos pájaros como si fuera una alarma.
Así que habla en código o escribe un texto. Entendido. Deben tener audio si está insinuando que me calle.
—Tienes razón hay dos pájaros ahí arriba. Nunca entiendo cómo lo haces —le digo, siguiendo con el acento sureño que adquirí accidentalmente.
—Todavía me encanta tu acento —me dice, sonriendo.
Imbécil.
Miro por encima justo cuando Tyler entra y mi estómago golpea los dedos de los pies cuando veo a Lawrence con él. Se sientan dos mesas más allá y Folk me da algo debajo de la mesa. Lo siento y sé exactamente lo que es.
Con sutileza, hago como si mi pendiente estuviera suelto y levanto la mano para fingir que lo arreglo bajo la larga melena de pelo rubio que esconde mis orejas perfectamente. En lugar de tocar el pendiente, pongo el pequeño auricular que Folk me acaba de dar.
Acaricio la mano de Folk como una cariñosa muestra y pretendo dedicarle toda mi atención. —Supongo que me contarás todo sobre tu día después de que comamos —pregunta, apegándose al lenguaje del código.
—Ya lo sabes, cariño.
Apenas se detiene para reír, pero mi sonrisa se desvanece cuando escucho a Tyler y Lawrence hablando en voz baja entre ellos.
El auricular amplifica sus palabras siempre y cuando esté de cara a lo que quiero oír, así que mantengo mi cabeza inclinada hacia Folk como si lo estuviera mirando con cariño.
—Tiene que ser Dev, hombre. Nadie más querría hacernos algo por esa noche —dice Tyler.
Así que se se están reuniendo por mí. Supongo que el gato está fuera de la bolsa.
—No hay manera —Lawrence se burla despectivamente.
—Tuvo un colapso dos noches después y dijo que lo llevamos demasiado lejos. Lloró, amigo. Lloró como una pequeña perra, dijo que estábamos enfermos por lo que les hicimos. Es él. Ese cabrón finalmente se ha derrumbado y ahora está haciendo esto. Se cree inocente porque no se ensució la polla esa noche, y ahora nos está matando uno por uno.
Por el rabillo del ojo, veo a Lawrence sacudiendo la cabeza. Paso mi mano por el brazo de Folk, fingiendo estar perdida en mis pensamientos mientras le leía el menú en voz alta, pero en realidad toda mi atención está atrapada en la conversación frente a nosotros.
—No. No es él. Hablé con su hermana y ella dijo que ha estado en México durante los últimos dos meses en una misión de la iglesia.
Para ser sincera, Dev es el único con el que no estoy segura de qué hacer. Es el único que mostró remordimiento y esencialmente lo obligaron a estar allí esa noche. No fue una víctima, de ninguna manera. Podría haber hablado y dicho algo... cualquier cosa.
Actualmente, no está en mi lista de asesinatos pero está en la columna de los diez dedos.
Folk se cansa de no oír, así que discretamente levanta la mano y se coloca otro amplificador de sonido en el oído. Es lo suficientemente pequeño como para no ser visto mientras nadie mire directamente a su oído. Incluso entonces, podrían asumir que es un audífono en lugar de un dispositivo de escucha.
—Te digo que no es él. Confía en mí. Dudo que haya escuchado algo sobre esto, Melissa me envió fotos suyas de la misión de la iglesia en la que está. Le ha estado enviando mensajes de texto diariamente con actualizaciones y cosas así —argumenta Lawrence.
—¿Crees que Melissa lo está encubriendo? Es su maldita hermana.
—Ella ha estado enamorada de mí desde que éramos niños. Confía en mí, ese enamoramiento se acabaría si tuviera alguna idea de lo que hicimos, a menos que le gusten ese tipo de cosas. En ese caso, nos entregaría a su hermano si fuera él. De cualquier manera, no lo está encubriendo.
—Creo que es él. No hay nadie más que pueda ser.
Lawrence mira a su alrededor, dejando su mirada en nuestra mesa por un segundo fugaz, y luego su mirada se mueve para observar a las pocas personas en la terraza antes de fijar su atención de nuevo en Tyler.
—No es él. La noche en que se asustó, ¿quién crees que lo hizo volver a la fila?
Tyler parece confundido.
Nuestra mesera ha dejado algo de pan y Folk está ordenando por nosotros, así que es más difícil escuchar con tanta gente hablando tan cerca a la vez. Me esfuerzo, asegurándome de no perderme nada mientras me obligo a masticar un trozo de pan, encontrando que mi apetito es muy escaso.
—¿Qué has hecho? —Escucho a Tyler preguntar.
—Le dije que lo mismo que le pasó a Apasra le pasaría a Melissa si alguna vez decía una palabra. Después de eso, dejaron la ciudad y él empezó a predicar el evangelio así es como buscó la penitencia. No está fuera matando gente, por el amor de Dios —sisea Lawrence.
Puede que le haya salvado a Dev diez dedos.
Y una lengua. Su lengua también iba a desaparecer, era una historia especial que iba a escribir sólo para él.
—Entonces, ¿quién más está ahí?
—Creo que eso es bastante obvio, ¿no?
—No.
Lawrence se da un golpe en la cabeza como si estuviera exasperado. Actúan como si fuera una conversación normal en la terraza para un almuerzo tardío. Supongo que es por eso que eligieron un restaurante que no tiene mucho tráfico en la terraza.
Lawrence tiene un compañero de cuarto. Tyler tiene una esposa. Entiendo por qué no se reunieron en sus casas para discutir esto, pero ¿por qué no hacerlo por teléfono?
—El pueblo entero los odiaba después de lo que hizo su padre. Piensa en la única persona que no los odiaba. Aquí hay una pista: su padre era el abogado de su padre.
Tyler sacude la cabeza inmediatamente.
—No. Vi a Folk hace dos años. Me encontré con él en una cosa de la compañía y chocamos puños, incluso me dijo que llamara y pasara el rato alguna vez. Si lo hubiera sabido, al menos habría dado un golpe. Estoy seguro que ambos murieron antes de que él escuchara la verdad y se fue de la ciudad después de eso, así que no es que estuvo para los rumores.
Lawrence se sienta, ahora parece confundido. Folk me aprieta la mano un poco demasiado fuerte.
Recuerdo ese encuentro. Folk hace trabajos de informática por cuenta propia y Tyler trabajaba más cerca de donde Folk vive ahora, en ese momento. Era todo lo que Folk podía hacer para no matarlo, pero sabía que teníamos un plan y sabía que esta venganza era mía. Sabía que tenía un papel que desempeñar, pero su papel era ser el cerebro. Mi parte era ser su peor pesadilla.
—Además —continúa Tyler—, está en una silla de ruedas en estos días. Un accidente de moto lo puso en la silla hace unos años.
Folk me da un codazo con el pie, con una sonrisa calculada en sus labios. Hemos pensado en todo.
—Entonces no conozco a nadie más que se enfurezca por la hija puta de un violador y su hijo marica —dice Lawrence fríamente.
Mi estómago se revuelve al escuchar la forma en que se refiere a mi hermano. Mi querido, honesto, fuerte, cariñoso e increíble hermano que nunca mereció ser mutilado y... pasaron tantas cosas que nunca mereció.
Por culpa de ellos me quedé sin nadie; por ellos el mejor hombre que ha caminado sobre la faz de la tierra murió, antes de poder iluminar el mundo con su sonrisa.
Y creen que está bien porque era gay. Piensan que está bien porque tuve sexo con dos tipos antes de esa noche,antes de descubrir que me gustan las mujeres.
Creen que está bien castigarnos tan brutalmente por amar a nuestro padre...
Folk se aclara la garganta y me doy cuenta que es mi agarre el que está demasiado apretado ahora, mis uñas están cortando su mano.
Aflojando mi agarre, continúo escuchando, preguntándome cuánto más puedo aguantar antes de cortarles la garganta a ambos ahora mismo.
Lawrence puede que muera antes de lo que planeé. Puedo atarlo con Tyler y dejarlos llorar el uno al otro mientras los corto a ambos en pedazos.
—Tal vez ni siquiera esté relacionado —dice Lawrence encogiéndose de hombros—. No dejes entrar a nadie en tu casa por un tiempo y dile a tu esposa que haga lo mismo, voy a instalar un sistema de seguridad en mi apartamento, tú también deberías hacerlo, no es que importe, según papá los están dejando entrar, porque no hay señales de que hayan traspasado.
—Joder —silba Tyler—. Bien. Haré que instalen algo.
Las cerraduras de entrada sin llave son mis mejores amigas. Es fácil captar el código que está siendo introducido en la cámara, también es fácil coger un juego de llaves y hacer una copia si usan cerraduras tradicionales parece que me están invitando a entrar.
Una cosa más para mantenerlos fuera del rastro de una chica muerta.
Él toma un bocado de su pan y yo me encuentro mareada. Es la primera vez que no los oigo pedir perdón cuando sacan el tema. Normalmente no se menciona hasta que tengo un cuchillo presionando su piel.
No tienen las pelotas para decir esta clase de mierda cuando soy yo quien los hace llorar por misericordia, pedir perdón y suplicar por sus vidas. Nunca he estado más ansiosa por llegar a la parte divertida.
Su conversación se traslada a los mejores sistemas de seguridad, e intento calmarme antes de cortarles la garganta y la polla en medio de un restaurante.
—Creo que probablemente deberíamos considerar conseguir dos pájaros para la nueva casa. ¿Qué opinas? —Folk pregunta, aparentemente pensando lo mismo que yo.
—¿Crees que podríamos hacerlo con tan poco tiempo de aviso? — pregunto, sonriendo alegremente, aunque el sabor de la venganza es potente en mi lengua.
—Creo que sí, tal vez una semana más como mucho. Probablemente podría encontrar un mejor lugar para ellos también, sólo para estar seguros.
Hay un refugio para tormentas detrás de la vieja casa de Tyler que todavía está en venta. Podría ponerlos a ambos ahí, y Folk podría hacer algo para evitar que los agentes inmobiliarios me sorprendan mientras estoy ocupada matando a dos chicos a la vez.
—No tengo tanta hambre como pensaba, querida —me dice Folk cuando la camarera nos deja la comida.
—Yo tampoco —digo, apuñalando mi filete mucho más fuerte de lo necesario.
Tyler y Lawrence no vuelven a decir nada más que valga la pena escuchar. La mayoría de las veces escucho a algunas personas alrededor de ellos apostando si soy realmente una puta o no.
Justo cuando Tyler empieza a irse, Lawrence lo detiene.
—Consigue un teléfono desechable como lo hice yo. Si surge algo más, llámame desde ese teléfono no más llamadas personales.
¿Entendido?
¿Así que tiene un teléfono desechable? ¿Cómo se nos pasó eso? Tyler asiente y Folk y yo intercambiamos una mirada.
—Si averiguamos quién es, no necesitamos nada que lo vincule con nosotros cuando tomemos el asunto en nuestras manos. ¿Entendido? —Lawrence pregunta.
—Me encantaría verlos intentarlo —susurra Folk.
Mis labios se mueven. Nunca he estado tan emocionada por matar a alguien.
Dejamos que Tyler se vaya por un tiempo antes de que nos levantemos. Mientras pasamos por la mesa de Lawrence, su mano se levanta agarrando mi muñeca. Mi estómago se estremece y mi corazón se golpea en el pecho mientras lucho contra todos mis instintos para no arrancarle la garganta aquí y ahora.
Miro hacia abajo, mirándolo fijamente.
El bastardo me hace un guiño y me da una tarjeta que tomo, tratando de alejarme de él.
—Llámame alguna vez, cariño. Una chica que luce como tú necesita a alguien que aprecie todas esas vistas.
Le doy una sonrisa deslumbrante, le guiño un ojo y comienzo a caminar de nuevo, quitándole la mano suavemente. Oh, le daré algo para mirar: Pintaré las paredes con su sangre y la de Tyler, y dejaré que se desangren mientras miran.
Será tan bonito.

Justo cuando llegamos a la acera, tropiezo con mis propios pies mirando incrédula como una camioneta llega a la acera. Respirando hondo me acerco a Folk, prácticamente arrastrándome a su lado mientras Faye baja.
La ciudad de Nueva York es demasiado grande para que esto suceda.
Hay un camión de comida en la acera, ella y el Sr. Arrogante salen para ir allí, ambos sonriendo como si fuera un gran día. Llevan ropa de calle, jeans y camisetas. No son sus típicos trajes o cualquier otra cosa. ¿Me he perdido algo?
—¿Qué? —Folk susurra, mirándolos a ellos y luego a mí.
—Novio —le susurro.
Respira hondo antes de maldecir y me arrastra hasta mi auto (que no está registrado a mi nombre ni nada) el cual está aparcado demasiado cerca de ellos. Es uno de mis muchos autos "desechables"."
El universo está tratando de enviarme señales contradictorias. Primero salva los dedos y la lengua de Dev, luego condena a dos hombres a una muerte más brutal después de descubrir más de lo que creía posible en un almuerzo tardío, ¿Ahora me arroja directamente frente al hombre de mis sueños?
—Vas a terminar dirigiendo el FBI. Eso fue absolutamente asombroso —dice el Sr. Arrogante, genuino asombro en su tono mientras habla con Faye.
—Eso no es lo que busco. Me alegro que hayamos provocado una maldita confesión, hace que llegar a casa sea mucho más rápido.
El Sr. Arrogante gime mientras Folk sigue intentando atraerme hacia el coche. Mi auricular sigue puesto, lo que hace que su conversación sea muy fácil de seguir a pesar de los ruidos de la calle. Bueno, siempre y cuando la mantenga dirigida únicamente a ellos, lo que me hace caminar con la cabeza ladeada.
—¿De vuelta a casa con la Reina de Hielo? —dice el tipo, un toque de sarcasmo en su tono.
Apuesto a que es Carter. ¿O era Chris? ¿Carl?No me acuerdo.
La sonrisa de Faye es tan malditamente hermosa. —Sí. No te pongas celoso.
El tipo del nombre C pone los ojos en blanco, y yo miro como una chica desmayada en la acera mientras arrastro los pies con mis tacones. Mi corazón fue arrancado hace unos momentos pero sólo ver a Faye alivia la quemadura.
—¿Cuándo vas a volver? —El tipo del nombre-C pregunta.
—Tan pronto como sepamos con certeza que la evidencia ha seguido las cadenas de mando apropiadas y está siendo sellada. No quiero que esto se salga de control.
—Maldito da Vinci. La mierda en tu cabeza da miedo. —No tengo ni idea de lo que eso significa.
—No has visto ni la mitad de la mierda en mi cabeza, Carl. Necesito llamar a mi chica, así que pídeme una hamburguesa.
¡Mierda!
Pongo mi teléfono en silencio, odiando tener que dejarlo en el buzón de voz mientras Folk abre la puerta de mi coche. Me meto, me quito el auricular y dejo que mi corazón se hunda cuando Faye llama. Suspirando, tiro mi teléfono a un lado mientras miro a Folk, que me mira fijamente.
—Hablaremos de esto más tarde. En mi casa tan pronto como puedas hacerlo.
Asintiendo con la cabeza, dejo que cierre mi puerta y arranqué mi auto. Tengo dos asesinatos que planear, un novio que ver y un mejor amigo al que desenfadar y no en ese orden.
Sólo soy la típica mujer americana.
¿O es la típica psicópata americana?

El Riesgo FayeYokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora